Ink and flowers

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–Tío... pareces una nena asustada–dijo la voz de Grantaire tras él mientras tomaba asiento en el estudio de tatuajes. 

No era la primera vez que hacía algo así, pero, tras mucho pensarlo, había dado con lo ideal para grabar a fuego en su piel en relación al joven y tierno Jean, y, para qué mentir, estaba nervioso. No por el dolor, ni por saber cómo iba a quedar el diseño, sino por saber qué sería lo que diría Jehan cuando lo viera.

–Cállate, imbécil, y graba.–le increpó Bahorel a su amigo, aunque más bien debería llamarlo hermano. Al tiempo que decía aquello le entregó su teléfono, abierto con la cámara dispuesta a guardar en su memoria todo el proceso de creación del tatuaje.

Frunció el ceño. Hacía tiempo que no veía a Jehan, no tanto como querría, puesto que el muchacho de las trenzas pelirrojas se encontraba absorto en sus trabajos de clase. No le juzgaba, pues tenía toda la fuerza de voluntad para estudiar de la cual él carecía, pero... Estaba dispuesto a entregarle algo sumamente especial por el aniversario que esa misma semana hacían.

Para Bahorel, amante de la tinta, cederle un pedazo de piel permanentemente al chico de las flores era incluso más importante que llevarlo a una cena, lo cual, por otro lado, haría, desde luego que sí.

–Bueno, Bahorel, vamos a ello–dijo Han, el tatuador, quien había salido a por todo lo necesario, y tras lavarse las manos volvía mientras se colocaba los guantes esterilizados. Aquel joven era el autor de todo el mapa de imágenes que tenía el enlace de Les Amis por todo su cuerpo.–En la espalda, hemos dicho, ¿no?–añadió mientras Bahorel se quitaba la camiseta y asentía, dejándola a un lado. Grantaire la cogió, sonriendo socarronamente mientras sostenía el teléfono, el cual hacía unos segundos que ya estaba grabando.

–En el omóplato, sí.

–Túmbate.-le dijo sin darle demasiada importancia mientras comenzaba a preparar los pequeños botes con las tintas que usaría. Al tiempo que el joven se tumbaba boca abajo y cerraba los ojos, tratando de relajarse, Hans probó el funcionamiento de la máquina y ajustó la aguja de forma correcta. Poco a poco le colocó la plantilla del tatuaje, soltando una pequeña risa al sentir un resoplido de Bahorel.–¿Nervioso a estas alturas? Cómo se nota que es por amor.-dijo el tipo, dándole un suave empujón al cual el chico reaccionó con un quedo gruñido.

–Calla tú también o te suelto una cuando acabes–le reprendió. Hans puso los ojos en blanco, pero ésta vez fue Grantaire quien aguantó una carcajada tras la cámara del móvil.

Bahorel una vez más hizo esfuerzos por calmar su carácter reactivo y tomó aire, hundiendo su rostro entre los brazos al tiempo que empezaba a sentir los primeros pinchazos de la aguja en el lugar escogido.Se mordió el labio, pensando en cómo pasarían Prouvaire y él el aniversario. Nunca había sido alguien romántico y demasiado detallista, pero Jean sacaba partes de él que no conocía y a las cuales aún le costaba acostumbrarse. A menudo era objeto de burlas cómicas y amistosas por parte de Grantaire, pero... No le importaba, porque su relación con El Poeta era lo mejor que le había pasado en la vida aparte de haber conocido al grupo de jóvenes que se había convertido en su familia con el paso de los años.

Le llevaría a un buen restaurante... Había estado trabajando duro esos últimos meses para conseguir el dinero suficiente para una ocasión tan especial. Cenarían, y después irían a dar un paseo por la orilla del Sena. Antaño habría considerado aquellas cosas como estúpidas e incluso de "niñas", pe... el amor cambiaba a las personas de una manera increíble, y había que admitir que el Sena tenía un encanto especial por la noche, iluminado y bajo la sombra siempre presente de la hermosa torre Eiffel.

Después de la cena y el paseo llevaría a Jehan a un hotel modesto pero bonito en las afueras de París. Había que coger el coche, pero no importaba, pues la calma del lugar al que irían les brindaría intimidad y estaba seguro de que inspiraría la imaginación de su pareja para escribir algún poema o narración.


*** *** ***


–Baho, que te duermes–la voz de Grantaire lo sacó de su ensoñación. Frunciendo el ceño y emitiendo un gruñido, Bahorel alzó la cabeza.–Ya está, tío. Eres el primero que veo que se soba mientras le clavan una aguja durante casi una hora seguida, macho.–rió su mejor amigo, y tras ello lo hizo el tatuador, quien ahora limpiaba el tatuaje y eliminaba los restos de tinta que había sobrado.

–Es la costumbre, ya ni me duele–se excusó él, empezando a incorporarse. Se frotó los ojos, observando de reojo a Grantaire bordearle para ir a grabar el resultado final de la obra de Hans en su espalda.–Qué, ¿qué tal?

Hubo unos segundos de silencio, y entonces Grantaire sonrió, dándole una palmada en el hombro contrario.

–De vicio, 'Toine, ha quedado que te cagas.–añadió el moreno mientras apagaba la cámara y le hacía entrega del teléfono nuevamente.

Mientras tanto, Hans cogía algo de papel para secar la sangre que emanaba de las pequeñas heridas y, tras hacerlo, aplicó una crema protectora y rodeó la piel con film de plástico.

–Pues ya está, míralo a ver si te gusta–le dijo, aunque no hizo falta, pues Bahorel ya buscaba el momento exacto en el vídeo grabado por Grantaire en el cual se enfocaba su nueva adquisición. Al ver el resultado, se mordió el labio y no pudo evitar sonreír. Dos grandes rosas, una roja y otra negra se entrelazaban entre sí, y tras la roja, la que simbolizaba a su poeta, asomaba un pergamino con unos versos que le pertenecían, del único poema que conseguía hacerle llorar.  Había quedado tal y como esperaba... Y ansiaba con todas sus fuerzas que a Jehan le gustase.

Se puso en pie, abrazando amistosamente y encantado al tatuador.

–Cada vez te superas, Hans. Muchas gracias, en serio.–dijo, de un evidente buen humor. 

Grantaire le tendió la camiseta mientras él sacaba el dinero y se lo entregaba al dibujante de tinta, y tras vestirse y despedir al artista, salió del estudio con su mejor amigo, como siempre, empezando a hacer bromas que sólo ellos entendían a la perfección.





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⏰ Última actualización: Nov 15, 2015 ⏰

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