Una tranquila mañana se alzaba por encima de los ángeles y, a pesar del calor que amenazaba con achicharrar a cualquiera que saliera, el ambiente permanecía lleno de gente.
¿Pero cómo le hacían estas personas?
Estaba comiendo el desayuno en mi habitación, mientras hablaba por webcam con mi mejor amiga, Rebecca.
-¿y bien? ¿como fue todo el proceso de mudar te? ¿Tu madrastra es linda, te trata bien? ¿Y cómo es lo ángeles? ¡oh, cuenta me quiero saber! -indagó entusiasmada y curiosa.
-¡oye, espera son demasiadas preguntas! -la calme y tomé aire para hablar, pero antes un gran bocado de froot loops fue a mi boca -bien, un poco estresante y muy agotador, pero los paisajes son realmente fantásticos. Si, de hecho es muy linda. También, creo yo que demasiado buena. Aunque no me termina de convencer del todo ¡Es una ciudad fantásticamente increíble! Aunque el calor que hace esta apuntó de matarme -abanique mis manos echando me aire, el aire acondicionado parecía no funcionar como debería, genial -además de eso, tengo un hermanastro... -susurré bajito como si decirlo fuese un delito.
-¡¿que?! ¿Es broma verdad? - inquirió asombrada, nunca le comente acerca de mi hermanastro, pero la verdad es que tampoco lo sabía, y me lleve una gran sorpresa al enterarme, y una no muy grata por cierto.
-si, es mayor que yo por dos años. Baja la voz por favor, pensará mi papa que estoy loca -le pedí, levantado me del acolchonado de mi cama y asomándose en el pasillo. Suspire aliviada y regresé con Rebecca.
-¿entonces está en último año? -alzó y bajo las cejas un par de veces queriendo insinuar algo. Enarque la ceja, haciéndome la desentendida -no seas lenta, me refiero a que si ese chico es de ultimo año y está para morirse, eres una suertuda por estar viviendo con él bajo el mismo techo.
Abrí la boca formando una gran O. ¿Pero de que rayos hablaba?
Ella siguió introduciendo su dedo índice a través de un pequeño hueco que hizo con los dedos de su otra mano. Hice una mueva de asco y la miré con reproche.-cómo se te ocurre pensar eso, por dios, ¡es mi hermanastro!
¡que por más bueno que esté, no le quita lo engreído y estúpido!-ohhh -hizo puchero, cruzándose de brazos -¿entonces si esta bueno?
-¡Becca! -frunci el entrecejo y rodé los ojos.
-yo sólo decía -se encogió de hombros, mirando por detrás al intruso que acababa de entrar en su habitación -¡michael!, ¿que haces aquí? ¡Fuera!
-¿estas hablando con ailyn? -la ignoró por completo y tumbo a su hermana de asiento para estar frente a mi -¡hola, ai! ¿Como estás?
-hola, pues bien, aunque un poco cansada por el viaje -esboce un suspiro haciéndome la afligida.
Me gustaba hacer que el se preocupara por mi, que siempre me tomara en cuenta y nunca me dejara de lado. Tal vez porque me gustaba un poco, pero sólo un poco.
-me imaginó, pobrecita. Si estuviera allá encontraría algo para hacerte sentir mejor -me regaló una sonrisa gentil que hizo que me sonrojara un poco.
-eso me gustaría, que estuviese aquí, que todos estuviesen aquí. Realmente los extraño y me hacen mucha falta -exprese con sinceridad y un revoltijo se hizo presente en mi estómago.
-¿sabes? Te prometo que muy...
-¡ya dejen se de charlas cursis, que me harán vomitar! -empujó a su hermano y volvió a retomar su puesto -ai, nos hablamos después, te quiero.
-esta bien, adiós. Igualmente, te quiero.
-vamos Michael, sal de mi habitación -lo empujó fuera, tirando de su camisa y lista para cerrar la puerta.
-pero no termine de hablar con Ailyn...
Fue lo último que escuche antes de apagar la lapto. Me levante y estire mis extremidades, haciendo las crujir. Hablar con ese par me hizo sentir mejor y que mi ánimo aumentara.
Me asome en la ventana que daba hacia la calle y contemplé el paisaje por unos minutos. El viaje de Carolina del norte a los ángeles había sido largo, e incómodo también. Por mi cabeza nunca pasó que la señora Murray tuviera un hijo. Cuando la conocí en esa cena que mi padre había organizado, ni siquiera sacó el tema de su hijo.
Pero cuando lo conocí al montarme en aquellos furgoneta, me lleve una gran sorpresa. Él, como bien le había dicho a becca, estaba muy pero muy guapo, con fuertes músculos torneados, abdomen plano con muchos chocolaticos (su camiseta ajustada lo hacia notar) una cara de modelos, con ese cabello castaño oscuro y sus grandes ojos azules. No puede evitar sentirme nerviosa e intimidada con su presencia.
Sus penetrantes e intensos ojos me miraban, analizando me y estudiando me. Yo me mantenía rígida en mi posición evitando verlo. En fin hacia pasamos todo el viaje en coche, segundos por el camión de mudanzas. Para cuando llegamos a nuestro destino, la espalda me dolía como nunca. Todo gracias a él y al pasatiempo de mirarme.
ladee la cabeza sacando el recuerdo de su mirada, me aleje y tome el tazón donde comía mis cereales para dejarlo en el comedor.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. El calor me estaba calcinado, tomé el agua de la nevera y me la bebí de un tiro, tanto hací que mojé parte de mi playera.
Dejé de secar frenéticamente mi camisa con una toalla de papel cuando escuché unos lamentos provenir del despacho de mi padre y la señora Murray.
-¿papá que sucede? -pregunte alarmada una vez lo tuve frente a mi.
-¡ai, hija mia! -llamo mi padre levantándose de su asiento e hincándose ante mi.
Ok, me estoy asustando. ¿Que diablos está pasando aquí?
-¿estás bien, pasó algo? -lo tomé de los brazos y lo ayudé a incorporarse -¡dime que tienes papá!
-ella no sabe que hacer, ai.
-¿quien? ¿Quien no sabe que hacer?
-ella... si llegara a confirmar sus sospechas se hundiría en el dolor más profundo y demoledor que una madre sentiría -se giró y comenzó a caminar en círculos, desesperado.
¡¿De quien rayos hablaba?! Ya me estaba cansando de tantas vueltas y largas al asunto.
Me posicione frente a él, deteniendo su marcha y lo tomé de los hombros para que me mirara.
-¡podrías dejar el drama de una vez y decirme quien demonios va a sufrir!
-¡Gisel! ¡Si ella confirma a que su hijo es homosexual, le dolerá mucho. Ya que es homofóbica y nunca podrá aceptarlo!
¿Acaso había escuchado bien? No lo sé. Las únicas palabras que mi mente habían retenido eran homosexual y homofóbica. Fue después de unos segundos que capté la información de la oración.
Gisel era homofóbica. En resumen le tenía miedo, repulsión, asco a los gay.
Y Ryan, según papa, era homosexual. En resumen, el chico, al cual su madre expresara todos esos sentimientos negativos.
Pero aún con esas dos conclusiones, mi mente sólo divagaba en Ryan. En Ryan siendo gay...
Y ahí despiertan la conmoción, sorpresa y confusión.
¡Ohh, esperen! ¡¿Mi hermanastro es Gay?!
ESTÁS LEYENDO
¡¿Mi Hermanastro Es Gay?!
Teen FictionLa vida de Ailyn Chemmarry cambia drásticamente cuando su padre, gracias a ella, conoce a Gisel Murray en una cita a ciegas. En un abrir y cerrar de ojos, los dos se enamoran de una forma increíblemente rápida e irreal. Se ve obligada por su padre a...