lograr que te tuvieran
más pena que envidia.
No volviste a levantar cabeza.
Pero tampoco volviste a estar sola:
los hombros de todos
los triunfadores a los que
aguardan a que llores en ellos tu fracaso.
De repente la costumbre de vivir
nos resultó dolorosa.
Con el vértigo en las venas intuimos
el absurdo de nuestra finitud
y de la mecánica
(dormir, comer, trabajar
dormir, comer, trabajar,
morir cada día).
Comprendimos
que jugar a ignorar el tiempo
apenas logra silenciar un rato
los labios de la herida abierta
que supone seguir vivos.Jotajml
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dormir, comer, trabajar, la mecanica de morir
Randomlograr que te tuvieran más pena que envidia. No volviste a levantar cabeza. Pero tampoco volviste a estar sola: los hombros de todos los triunfadores a los que aguardan a que llores en ellos tu fracaso. De repente la costumbre de vivir nos...