Reflexión

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(Esto no tiene nada que ver con el tema, simplemente es algo que me puse a analizar y quise compartirlo)

Una de las cualidades del ser humano es la capacidad de admiración y deleite hacia algunos fenómenos o parajes majestuosos, pues con tan sólo presenciarlos nos provoca un sentimiento inmenso de satisfacción, el cual, si bien momentáneo y usualmente en lapsos muy cortos de tiempo, nos llena por un instante.

El hecho de observar algo que nos guste, ya sea un lugar o incluso una persona a quien consideramos "guapa" es un privilegio a la retina, un deleite a la vista. Este sentimiento no se extiende durante mucho más de algunos minutos, en los cuales podríamos incluso olvidar todo, sólo para contemplarlo.

Es posible comparar fructuosamente este caso con un alimento que consideremos delicioso, el cual podríamos fácilmente comer todos los días sin sentirnos hostigados por su sabor. Un buen plato de comida no es eterno, y es posible disfrutar cada bocado hasta que éste se haya acabado, sin embargo el que nos parece más sabroso es -muchas veces- el primero, pues es el momento en el que más nos deleitamos, donde la combinación de sabores es tan maravillosa como un bocado del cielo; siendo el segundo bocado un poco más predecible, pero aún así con un gran sabor, y los que le siguen algo más monótonos, hasta así llegar al último, en el cual volvemos a deleitarnos, habiéndosenos olvidado todos los anteriores, pues se tiene en mente que luego de este último pasarán días o quizás meses hasta volver a sentir aquel sabor.

Esto es exactamente lo que podemos observar al saborear algo con la mirada: primeramente sentimos un gran deleite, luego que ya nos hemos acostumbrado no lo creemos muy especial, pero al saber que quizás sea la última vez que podamos verlo, lo disfrutamos tanto como podemos e intentamos grabarlo en nuestra memoria.

Pero, ¿por qué? ¿Cuál es el beneficio de disfrutar algo con la mirada? Si esa satisfacción es tan poco prolongada, ¿cuál es el objetivo de sentirla?

Y ¿qué es "bonito" o "majestuoso" a nuestros ojos? Porque bien es sabido que más de tres cuartos del planeta detesta -por ejemplo- a las cucarachas, éste insecto les causa pudor y rechazo inmediato, es parte de nuestra naturaleza; pero en contraste adoran a los cachorros o los bebés, su ternura les hace sentir alegres, e incluso puede llenar algún vacío momentáneamente. (Claro que existen excepciones, pero son las reglas generales).

Pues debo confesar que no lo sé, ya que a pesar de todas las maravillas que el mundo nos otorga, sólo nos quedamos con aquellas que nos han deleitado verdaderamente, y el resto las destruimos sin piedad alguna.

Debo confesar que me es imposible comprender el razonamiento humano.

Maldita menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora