epilogo: lo prometido es deuda...

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es temprano en la mañana y aquí me encuentro, poniéndome el esmoquin, acomodándome el saco, tratando de ajustarme los botones de la camisa, poniéndome el moño mientras mis débiles manos tiemblan de nervios en incertidumbre, ciertamente no se que sentir, si estar nervioso o emocionado, si estar feliz o deprimido, solo se que debería tener emociones felices, pero mi cabeza ha dado miles de vueltas el día de hoy y algunos otros días atrás. trato de ignorar todo y sacudirme la cabeza metiéndome en la cabeza que todo saldrá bien y que no hay nada que temer, aunque aun me quedan asuntos pendientes por atender. me miro por ultima vez en el espejo, cada vez que lo hago siento vergüenza de lo que veo reflejado en el, desde lo sucedido en aquellos fatales días, pero parece que finalmente ha llegado el día de superar todo ese pasado de remordimientos y seguir adelante, mi expresión dice tanto como el silencio de la habitación que es el único sonido que escucho en mi calmada soledad (que ironía).

de pronto me llega un mensaje de texto que parece ser de mi papa que dice "la limosina pasara por ti en 20 minutos", llego la hora, ya no hay vuelta atrás y no queda mas tiempo que perder. con las piernas débiles y temblorosas me dirijo al balcón de la habitación del hotel, aquí es donde sera la fiesta, quien diría que un sitio donde dentro de pocas horas habrá un montón de gente borracha y haciendo ruido seria el lugar perfecto para ponerme a meditar y pensar acerca de mis asuntos importantes.

pase algunos minutos pensando, que pasaría, como saldrían las cosas, pero me fui por las ramas y poco a poco fui perdiéndome en mis propios pensamientos y en vez de pensar en el futuro llegue al pasado, a mi vida de soltero, aquellos días dorados de cuando era adolescente, o bueno, lo que recordaba de mi adolescencia antes de que ocurriera.... eso. no pude evitar recordar el orfanato, las cosas que había vivido en ese infierno para la sociedad, pero que para mi era el cielo en 4 paredes, muchos rostros van y vienen en nuestras vidas, no todos los recordamos al final de cuentas, pero siempre llegan a haber algunos que inevitablemente llegan para quedarse y vaya que en ese orfanato vi muchos rostros que hasta el sol de hoy recuerdo, hoy tendré el gusto de volver a ver a algunos de ellos, pero..... que hay de los que no volveré a ver?

recuerdo aquel amigo que tuve, matt.... un nombre que nunca olvidare, igual que al sujeto que lo llevaba, era mi mejor amigo, las incontables aventuras que vivimos juntos y las que nos quedaban por vivir, como desearía tener tan solo una mas de esas con el, tenerlo en la cara y abofetearlo como solía hacerlo antes, solo para que el me abofeteara de regreso y poder reírnos un largo rato juntos.

el y muchas cosas mas fueron las que pude recordar, pero mas temprano que tarde recordé otra cosa, recordé a alguien que también me había acompañado...... a una pequeña amiga que habia tenido hace un tiempo..... en ese momento se me hizo un gran nudo en la garganta. meto mi mano en el bolsillo de mi saco y logro sacar un papel, este papel lo llevaba a todos mis momentos importantes, lo lleve a mi graduación, a cada uno de mis cumpleaños, navidades, solo para sentir algo de confianza y compañía, pero.... oh, ya llego la limosina, es hora de irse.

-lucas- buenos días señor, es usted quien se dirige a la iglesia en la plaza municipal no?

acentúe con la cabeza sin decir una palabra y me introduje en el auto. fue un corto pero a la vez largo viaje en limosina hacia la iglesia, no dejaba de mirar por la ventana mientras apretaba el pequeño papel con gran fuerza tratando de evitar que las lagrimas se me escaparan del rostro, ver a los jóvenes pasear entre amigos en la calle, me daba una nostalgia gigantesca, me hacia recordar aquellos días en los que vivía despreocupado y feliz, siendo yo solo con el universo, libre de dolor y angustias, siempre con una sonrisa en la cara y dispuesto a ayudar a todo el mundo, las cosas han cambiado mucho desde entonces incluyéndome a mi, como extraño esos dias, cuando las sonrisas eran mi idioma, el mundo era mi compañía y la soledad mi único enemigo, últimamente he tratado de mantenerme con la frente en alto y seguir adelante, pero simplemente es casi imposible ignorar las cosas que se han dejado atrás.

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