FIN DE SEMANA PERFECTO

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-Buenos días, amor.

-Buenos días Marcos.

-¿Qué tal has dormido?

-Mejor que nunca.

-Me alegro, ¿Quieres que nos quedemos un poco más en mi casa, o crees que deberíamos ir a clase?

-Creo que a la profe de Historia no le gustaría que faltara más veces, ya sabes que de seguir así voy a suspender su asignatura.

-Vale, pues nos vestimos y vamos.

-Vale, pero que sepas que se me va a hacer eterno el día hasta que llegue la hora de salir hacia la sierra.

-Yo también estoy deseando de pasar este finde a solas contigo.

-Pues venga, vamos a por el viernes.

Lucía no lo puede creer, esta historia es demasiado bonita. Ayer vivió la noche más especial de toda su vida, y encima este fin de semana que viene van a pasarlo los dos solos en una casa que han alquilado en la sierra de Gredos. Se muere de ganas de que llegue la hora de coger el tren.

A Lucía se le hace eterno el día, pero al fin llega la hora de reunirse con Marcos para iniciar esa aventura que ambos esperan. Allí está él, esperándola en la estación, tal y como acordaron. Está guapísimo, como siempre. Se acerca a él. Una vez más su corazón se revoluciona y late a mil. Increíble sensación, indescriptible. Le da un beso, esperan a su tren y montan en él.

El viaje se le hace realmente corto. ¡Es que se lo pasa tan bien cada vez que está con Marcos! Le encanta su sentido del humor, es imposible aburrirse con él.

Al llegar a su destino, cogen un taxi que les lleva hasta la casa que marcos se ha encargado de alquilar, por lo visto en una de las más bonitas y especiales de la zona.

Llegan a la casa. ¡Vaya! Marcos tenía razón la casa es verdaderamente exclusiva. Ambos observan que en la puerta pegada hay una nota en la que pone: "Bienvenidos, debajo del felpudo tenéis una llave con la que podéis abrir la puerta, disculpen que no haya podido recibirles. Espero que todo esté a su gusto."

Marcos coge a Lucía en brazos y ambos entran en casa. Como ya es tarde deciden cenar. La casera les ha dejado preparados un risotto que tiene una pinta deliciosa. Después de cenar, de nuevo un momento mágico, intimo y delicado, especial desde luego, inolvidable para ambos.

A la mañana siguiente Lucía despierta, está sola, Marcos no está en la cama. Decide levantarse, y se encamina hacia la cocina. Ve que hay un posit en el frigorífico. En el posit está escrito lo siguiente: Demasiado bonito todo, ¿No crees? Es hora de que está historia se ponga emocionante. Ya hemos disfrutado mucho, creo que es el momento de que conozcas mi verdadero yo. ¿No has oído nunca eso de que no hay que confiar en nadie? Eres demasiado inocente. P.D.: Si te asustas no intentes huir, pues ahora estás presa en está casa. Marcos.

Lucía tiene que sujetarse a la puerta de la nevera. ¿Qué se supone que significa eso? ¿De verdad Marcos es capaz de hacer algo así? A Lucía el miedo le corroe por el cuerpo. Así que sin dudarlo un segundo, busca su diario entre la ropa que tiene en la maleta, en una ocasión tan especial no podía salir de casa sin él. Diario de Lucía González:

Miedo. Mucho miedo. Demasiado miedo. El posit del frigorífico me ha dejado congelada. Me tiembla la mano, incluso me cuesta escribir, se supone que he venido aquí a disfrutar un fin de semana, con Marcos, y ahora resulta que Marcos me ha hecho presa de este lugar. No se que quiere hacer conmigo, me aterra pensar en que sea capaz de hacerme demasiado daño. Yo pensaba que me quería, y ahora lo único que pienso es en que estoy sola. Sola e insegura. ¿Qué puedo hacer?

Diario de Lucía González una hora más tarde:

¡No puede ser! Me ha quitado el teléfono móvil, y encima en esta casa no hay ninguno fijo. ¡Joder! No me puedo comunicar con nadie. Marcos sigue sin aparecer por casa, o tal vez este escondido; pero no me atrevo a buscarle, le temo. En este momento no se de qué sería capaz Marcos. De nuevo, mucho miedo.

Diario de Lucía González dos horas más tarde:

Sigo aterrada, he intentado calmar mis nervios, pero todos mis esfuerzos han sido en vano. No sé cuantas veces habré leído ya la nota. Demasiadas. Por momentos noto que me falta el aire. ¿Qué es lo quiere hacer conmigo? ¿Va a matarme, va a acuchillarme, va a llevarme a algún lugar marginado del la sociedad? ¿¡Qué va a hacer!? No puedo más. Me siento realmente presa. He estado gritando socorro por si alguien en el exterior me pudiera oír, pero no ha servido de nada. En este momento me estoy dado cuenta, de que Marcos sabía muy bien a donde me traía a pasar el "maravilloso" fin de semana.

Diario de Lucía González media hora más tarde:

El miedo me impide pensar, acabo de coger un cuchillo que he encontrado en uno de los cajones de la cocina, lo tengo el la mano. Tengo demasiado miedo de que me ataque. Alguien está abriendo la puerta. ¿Será él?

De repente Lucía oye como la puerta principal se abre. Rápidamente se va al dormitorio. Cierra la puerta. ¡Mierda!-se le escapa. No tiene pestillo. Se sienta en el suelo con la espalda pegada a la puerta. Esta tensa y nerviosa. El cuchillo le tiembla en la mano derecha. ¿Tendrá el valor suficiente de acabar con él, si en algún momento lo precisa necesario? Su cara está pálida, esta tiritando. Se abraza a sí misma. Su mano derecha sigue aferrada fuertemente a su cuchillo, al igual que el cuchillo sigue tambaleando.

Oye como alguien está cerca de esa habitación. Lucía sigue apretando fuertemente su espalda contra la puerta. De repente una mano intenta abrir su puerta, Lucía permanece inmóvil, quieta, y ahora presiona su espalda contra la puerta más fuerte que nunca.

De repente, Lucía flaquea y alguien entra en la habitación. Es Marcos. Tiene una cuerda en la mano. En cuanto ve a Lucía se acerca a ella. Lucía llora, grita. Marcos sigue acercándose a ella. Cuando la tiene justo delante, la agarra del cuello, e intenta colocarle la cuerda alrededor de este.

-¿Por qué me haces esto?

-¿Enserio no lo sabes?

-No.

-Bien, entonces te lo contaré. Resulta que hace unos años mi padre murió. Mi madre no tardó en rehacer su vida. ¿Y sabes con quién? Con un hombre casado. Ese hombre casado era tu padre. A tu padre le entro miedo de que tu madre se enterara, por lo que acabó con la vida de mi madre. Eso supuso una perdida demasiado valiosa para mí. ¿Entiendes? Entonces yo he decidido recrear la historia, para que tu padre sufra lo mismo que sufrí yo.

Marcos consigue colocar la cuerda alrededor del cuello de Lucía; pero, justo antes de que apretara, Lucía le clava en el estómago ese cuchillo tembloroso que sujetaba en su mano derecha. Marcos cae al suelo. Lucía aprovecha ese momento para escapar aprovechando que Marcos no cerró la puerta principal al entrar. Hecha a correr por los caminos, de nuevo miedo, pero esta vez ya no se siente presa.





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⏰ Última actualización: Dec 26, 2015 ⏰

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