PRÓLOGO.

156 11 0
                                    

Ahí estaba yo, encerrada en mi habitación, las lágrimas caían por mis ojos y mis muñecas sangraban. No podía contener las ganas de lastimarme una y otra vez, de darme la cabeza contra la pared o de salir corriendo y alejarme de todo.

Ahí estaba yo, necesitando que alguien me comprenda.

Necesitaba que mi madre me demostrara cariño, necesitaba que las personas no se alejaran tan fácilmente de mí y así poder tener amigos por primera vez, necesitaba sentir algo o mejor dicho conocer el amor verdadero, necesitaba darle sentido a mi vida y que mi mundo diera un giro de 180°.

Lo que no sabía era que todo estaba por cambiar...

El club de los corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora