PRÓLOGO

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Hasta ahora todo me había salido mal. Ya no tenía motivos para sonreír, todo lo veía negativo y sentía un vacío en mi misma, que nada lo conseguía llenar, ni las amistades, ni la familia, ni nada...Estaba como en un pozo en el que solo hacía que caer y en ningún momento veía ningún destello de luz que me pudiera salvar de eso.

Pasar tanto tiempo pasándolo mal,duele tanto.... sin ningún apoyo que de verdad me entendiera,porque si, ya se que dicen que es lo típico de la adolescencia, que todos los adolescentes se sienten incomprendidos, pero yo no lo veo así. Yo en general, sintiéndolo mucho, los veo a todos (digamos casi todos) unos niñatos y unos críos que solo les importa ser conocidos en las redes sociales para sentirse importantes y a parte tener todo lo que ellos quieran, pero claro, si no lo consiguen son unos incomprendidos de la vida. Pues no se si sera que yo soy rara o tengo una mentalidad antigua y la mayoría de las cosas las veo diferentes, pero ed así. Y la época que yo pase me enseño muchas cosas. En esta vida todo son aprendizajes.

Yo por mi parte puedo decir que lo pase fatal, aprendiéndolo todo a base de palos y no me gustaría volver a pasar por eso ni que nadie lo tuviera que pasar. Los primeros meses eran malísimos cuando estaban pasando todos los problemas uno detrás de otro, pero como el como me sentía después de todos los problemas era peor. Cada día que pasaba era peor y cada vez tenía menos ganas de seguir adelante. Esto fue así, yo conocí a una persona y pensé que yo le importaba pero vivía en una mentira ya que conmigo jugaba como él quería, como siempre han hecho conmigo, después estaban los conflictos familiares súper intensos y es que la convivencia y la cordialidad eran imposibles, aunque a día de hoy sigo pensando que en este hogar no estoy feliz. Por otra parte no confiaba en nadie, ninguna amiga me daba lo que yo necesitaba, simplemente que me escuchara sin juzgarme, que no se lo contara a nadie y que después fe contárselo no me viera de manera diferente. Pero siempre les veía algo en que hacía que me echara atrás.

Esos meses para mi fue como estar de luto, en mi siempre habitaba la soledad y la tristeza, hasta que me acostumbre a ese estado. Ya pasaba de todo y hacía muchos esfuerzos para que nadie me lo notara, siempre con la misma sonrisa falsa para todo el mundo....Empecé a salir con mi prima que vivía en el pueblo de al lado, y a intentar despejarme un poco. También me fui de colonias, y pase diez días olvidando todos los problemas y disfrutando ya que estaba como aislada de todo el mundo, solo había bosque, el aire fresco de la montaña y una gran sencillez para todo que es lo que mas me gusta. Hasta que volví a la realidad. Pero entonces empecé a ir mas con mi prima Elisenda y en parte ella me hacia sentir mejor. Solíamos ir a su piscina con nuestra amiga Nerea y de lo bien que estábamos me hacían olvidarme por un instante de todo lo que llevaba arrastrando.

Un día decidimos ir a dar una vuelta con la gente del pueblo y hablando de todo, un niño llamado Costi mencionó que tenía un nuevo amigo en el pueblo que le entrenaba y hacían ejercicio juntos. No se porque, puede que por curiosidad o porque simplemente se me paso por la cabeza, pero le dije que su amigo viniera algún día con nosotros. Fui otro día a dormir a casa de la Elisenda y volvimos a salir con los del pueblo. Entonces volvieron a sacar el tema del chico misterioso que también vivía en el pueblo pero aun no lo había conocido. Yo le decía al Costi que le picara a su casa para que saliese, pero no se porque él no quería. En ese momento buscaba la complicidad de la Elisenda y la Nerea para que me ayudaran a convencerlo de que fuera a buscar a su amigo. Pero no, ellas estaban muy ocupadas con un grupillo de tíos de otros países que estaban pasando el verano en el piso de al lado de la Elisenda. Cada una de ellas se había pedido uno, la Elisenda el rubio y la Nerea el moreno y estaban demasiado pendientes de ellos para ver si se asomaban al balcón como para ayudarme. Al final después de insistir muchísimo, llegando al punto de hacerme pesada, lo conseguí. No sabia que vivía delante de la casa de mi prima así que nos quedamos allí delante. El Costi fue a picar a su casa y yo me apoye en el coche negro que había justo enfrente de la ventana. Después de un rato llamando, se asomo un chico a la ventana. Era moreno y tenía una cara de sueño que flipas pero le dijo al Costi que en un rato saldría. Solo puedo decir que desde ese día, mi vida cambio completamente.....

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