El Autobús.

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Noviembre 19.
-Prometiste, que nunca me dejarías, que sin mí no había razón para seguir viviendo no...

-Hylle, escuchas esa canción todos los días, por favor deja de hacerte daño.

Puedo escuchar a Daria repetirme una y otra vez que no me haga daño pero ella no tiene el corazón roto como yo, ella tiene a Caro y su amor es envidiable, son tan lindas juntas justo como Wally yo... ¡Diablos! Otra vez estoy pensando en él. En realidad, estos 71 días sin él no he parado de pensarlo, a veces siento que todo el amor que siento se está convirtiendo en odio.
Daria es mi mejor amiga de la Universidad, y es una chica excelente.

-Lo sé Daria-respondo- sé que me hago daño, pero es que lo extraño, lo necesito...
-¡NO, NO Y NO, NO LO NECESITAS! Solo... solo extrañas quien era antes, entiende que él ahora no es el mismo del que te enamoraste hace años, él cambió y ¡TE CAMBIÓ! Deberías hacer lo mismo amiga.

A veces creo que Daria no me entiende del todo, sé que él me hizo daño pero aún lo sigo amando y sí, lo necesito conmigo.

Daria y yo nos despedimos y yo camino hacia la parada del bus, con mis audífonos y la música a todo volumen, lo prefiero así, odio escuchar el ruido del tráfico, la gente hablando y más que nada, odio el silencio.
Mientras cambio la música me encuentro con una que le dediqué a Wally, él era mi persona favorita.
Llega mi autobús y es tiempo de abordar para ir a casa, busco con la mirada un lugar vacío de hasta el fondo, odio sentir que la gente detrás mía me observa. En todo el camino mi mente parece estar ausente, de pronto veo un coche, blanco como el de Wally y mi corazón parece que va a explotar, volteo para ver si se trata de él -no,no es él.
De pronto empiezo a recordar cosas que pasamos juntos, cada risa, cada momento, cada mirada -¿cómo pudiste dejarme? -Pienso con rabia.
Wally es 4 años mayor que yo, lo conocí cuando tenía 9 años y para ese entonces yo solo lo veía como el enamorado de mi hermana...sí, el enamorado de mi hermana.

En el 2002, cuando mi hermana tenía 12 años fue detectada con leucemia, un tipo de cáncer en la sangre, mis padres buscaron un y mil remedios para que ella sanara, incluso entraron a una iglesia bautista y fue allá donde Wally y Shey se conocieron, a mí me encantaba verlos juntos porque veía a mi hermana feliz y eso para mí era lo más importante. Él la iba a ver a nuestra casa y se sentaban en la sala a platicar o a jugar juegos de mesa, yo por otro lado como toda hermana menor iba corriendo con mis dos colas por toda la sala tratando de hacer alguna maldad.

Luego de diez meses mi hermana falleció y perdí todo rastro de Wally, fue la primera vez que lo perdí.

Me prometiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora