En La Cuadra De Cometa

Capitulo 1

~Narra Candela~
Eran las 22:00 así que como aún era pronto, decidí enchufar la tele y ver Castle. Cuándo por fin se acabó el maratón eran las 02:00 así que decidí arroparme ya que hacía un frío que te calaba los huesos. El sueño me vino poco a poco. Mientras cerraba los ojos me vino una imagen. La de un caballo. La de mi antiguo caballo. La imagen de Místico. Cuándo por fin me dormí tuve un sueño. Bueno, mas bien una pesadilla. Pero la de una história que ya había vivido. La del accidente de Místico. Todo empezó un domingo de Octubre por la mañana. Tenía una yimcana en la hípica. Pero esta era mi primera yimcana. Me desperté a las 08:00. Me duché con agua tibia, me sequé el pelo y me lo cepillé. Me vestí con unos pantalones de equitación color crema, una camisa blanca, un chaleco azul marino y por último la corbata roja y azul marino de el ponyclub. Bueno, básicamente era la ropa para yimcanas que me dio el ponyclub. Bien, a lo que ibamos. Después de vestirme bajé a desayunar y cuándo acabé me calzé las botas que había limpiado con mucho esmero la noche anterior. Me volví a cepillar bien el pelo. Desenredando cada uno de esos minúsculos nuditos que se ha hacían al dormir. Después de acabar con los nudos del pelome hice una coleta. Ni muy alta ni muy baja. Ni muy apretada ni muy suelta. Debía ir perfecta.
Al acabar le pedí a mi madre que me llevara al ponyclub. Me llevó en coche y me dejó en la entrada. Yo me despedí de ella con la mano y ella hizo igual. Al girarme ví a Estrella y a Cris (así era como llamabamos a Cristina) que ya estaban cepillando a sus caballos.
Cristina tenía un bonito caballo árabe de color marrón oscuro aue se llamaba Tizón. Y Estrella tenía una yegua de pura raza española de color blanco que se llamaba Celeste. Las saludé, ya que eran mis mejores amigas y cojí la cabezada de cuadra y la cuerda de Místico. Fuí hacia el prado donde estaba y vi que estaba pastando con mucha tranquilidad. Esa noche había llovido así que la yerba estaba mas apetecible que nunca. Como lo vi tan agusto comiendo cojí un poco de paja y hierba pera que viniera hacia mi. Y funcionó. Lo conduje dónde estaban Cristina y Estrella. Ellas sabían que Místico ya era viejo, y yo también lo sabía cuando me lo compraron. Él era un appaloosa moteado con pequeñas manchas de color blanco y gris. Tenía las crines y la cola plateadas y la espalda de color blanco por la edad. Le cepillé las crines y la cola. En la crin le hize una trenza muy bonita. Luego, le puse la manta azul que tenía para los viajes en el remolque y le vendé las patas por si acaso. Luego, caragé la silla con el sudadero, la cabezada, un botiquín y unas vendas en el todoterreno que tenía enganchado el remolque dónde ibamos a poner a nuestros caballos.