Una era, una historia, una vida o un trayecto... siempre te guiará hacia adelante, las líneas del tiempo marcan un pasado, un presente y un futuro, pero, ¿qué se hace cuándo en medio de la línea te quedas atrapado entre el pasado y el futuro y no vives el presente? Sientes que ya no puedes volver al pasado y cambiar muchas cosas o quedarte a vivir ahí, pero a la misma vez quisieras que el tiempo pase rápido y vivir en el futuro, eso a lo que tanto quieres llegar pero muchas veces para contrarrestar el futuro, te acuerdas del pasado y para dejar de vivir en el pasado piensas en el futuro y te das cuentas que usas esas dos líneas como palancas convirtiéndose ambas en codependientes donde el único atrapado es uno mismo, pero ¿dónde queda el presente? Te estás perdiendo de miles de cosas en esa franja de tiempo... la vida sigue, dejas de hacer lo que te gusta, te encuentras en medio de tu cama a la soledad de tu habitación habiendo miles de cosas por hacer y disfrutar, los minutos pasan, los días, horas y hasta años y en algún momento determinado volteas la mirada hacia atrás y notando todo el tiempo perdido en dos franjas en las nunca podrás hacer nada, ¿Te ha pasado? ¿Qué esperas? El tiempo es hoy, en el ayer nada se puede hacer ya, el futuro es totalmente incierto, pero de algo si puedo estar segura que a medida que vivamos en el presente vamos construyendo el futuro y cuando menos piensas llega lo que esperabas y hasta aquello que anhelas y no sabías que existía en tu corazón pero llegan y más bien la vida trae cosas que ni siquiera sabíamos que necesitábamos, ¿Pero qué podemos hacer hoy? Si, vivir...