Nena abreme.

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Zac Efrom como Will

Por fin llegué a la 315 después de terminar el agotador instituto. Abrí la puerta y me dirijo hacia mi habitación, acto seguido me quito la ropa para estar más cómoda, sustituyéndola por una simple camiseta.

Dios tengo el presentimiento de que se me olvida algo, pero no tengo ni idea de que será.

Olvidé ese extraño sentimiento y dirigí mi hermoso culo hacia la cocina para tomar entre mis manos ese apreciado tarro de avellanas y cacao que tanto engorda y me encanta. Por si las dudas es Nutella, también cogí una cuchara, la introduje en el tarro y me la lleve a la boca, pero de repente alguien cuya personita desconozco llamó a la puerta.
Supongo que es Will, me dijo que se llegaría dentro de un rato para llevarme a conocer la residencia.
Abrí la puerta con aún la cuchara en la boca.

-Oye Will lo siento pero aún no me vestí... -Pero cuando mire hacia arriba me encontré con esos ojos casi negros tan fríos e intimidantes.

¡Mierda! ¡Eso es lo que se me olvidaba! ¡Yo vivo ahora con un chico!

Estaba paralizada no sabía que hacer estaba semidesnuda delante del playboy de la residencia cual era un completo idiota. Y antes de que dijera algo reaccione.

-¡Mierda! -Y le cerré la puerta literalmente en las narices, eso le tuvo que doler, auch.

-¡Auch, eso duele nena! Oye abreme se me han olvidado las llaves en la encimera de la cocina y no te avergüenzes estas muy buena.

Ya imaginaba su estúpida y perfectamente arrogante sonrisa.

-¡Eso ya lo sabía pero no vas a tener el gusto de presenciarlo!

-¡Ya vas tarde nena! -dijo el desde el otro lado.

Me puse los pantalones cortos del pijama y salí a abrirle la puerta al idiota que me ha visto semidesnuda, ¿porque le daré tanta importancia? Jades solo es el chico más estupido, arrogante, creído y todopoderoso de la residencia y ahora mismo lo tengo delante con esa dichosa sonrisa que se la quitaba de un puño.

-No digas nada...

-No lo iba hacer. -Se acercó y pude apreciar el exceso de perfume que por desgracia olía muy bien, le mire a los ojos y sin darme cuenta introdujo su largo dedo en el tarro de Nutella, seguido se lo llevo a la boca, sonríe y se aleja un poco para dejarme espacio personal.
No me di cuenta que se me olvido respirar, así que inspire y suspire.
Volvió a sonreír y se dio la vuelta para quitarse la camiseta y sentarse en la encimera de cocina, más tarde me mira y se digna ha hablar.

-Oye tengo hambre.

-¿Y que quieres que haga?

-¿Pues que si puedes cocinar? -Dice apoyando su mano en la nuca.

-Y porque debo hacerlo, tu ya eres mayorcito para que te tengan que hacer de comer.

-Ya pero no se me da bien así que vas a cocinar tu.

Estaba agotada de hablar con el así que sin rechistar me puse a romper huevos y a batirlos.

Termine de hacer la tortilla, y la ensalada, mientras el puso la mesa.

Nos sentamos y empezamos a devorar la comida, paso la cena rápida ninguno de los dos intercambio palabra así que mejor para mi. Sonó el timbre y eso me recordó al numerito de antes seguido se tornaron mis mejillas de rojo.

-¡va! -Grito Nathan y se dirigió a la puerta más tarde volvió con mi hermano tras de el.

-Me lo imaginaba, ni te has vestido.

-Ups se me olvido Will. En un momento estoy lista esperame.

Me vestí en un momento, me puse mis pantalones vaqueros boyfriend con una camiseta corta ceñida con cuello cerrado y media manga burdeos. Me cepille el pelo y volví al salón donde mi hermano estaba jugando a la play con el idiota de Nathan.

-Ya estoy Will... Oye Will... ¿Hola? ¡Ey que ya estoy lista!

-Ya voy... ¡Mierda perdí!

Rodé los ojos, agarre de la muñeca y lo saque a rastras de la habitación.

DON'T (Enzo Carini)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora