Capítulo I

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C O M P R O M I S O

Agosto, 13 2024.

La noche se acercaba, el sol se escondía entre las ya naranjadas nubes, y suspiré por cuarta vez en el día ante la idea que cerrar la ventana del pasillo habría traído a mi mente.

-¿Segura que cerraste la entrada principal?

-Sí tía, he puesto todos los candados- Suspiré.- Además, Jessi se ha encargado de las ventanas de la planta baja, supongo...-Mi tía me miró preocupada, tragué saliva- Tranquila, estoy segura de que lo hizo. No hay de que preocuparse, estoy segura de que no habrá visitantes aquí el día de hoy.

-No creas todo lo que lees en la revista local, Aby, esa revista está en pro del día libre. Solo quieren que bajemos la guardia...Si tu piensas que no eres suficientemente buena como las del este, no te preocuparás por las protecciones... Y entonces...

-Ana...-Interrumpí.-Es totalmente verídico, las chicas en el este son más esbeltas... Mejores facciones que las del centro como nosotras, sin ofender...los hombres no vendrían por alguien como yo, aunque estuviesen completamente desesperados. 

-Deja de decir estupideces Abigail, Víctor y Bruno han estado más que interesados por ti...- Dijo mientras movía sus manos en el aire, se proponía soltar el discurso de porqué Víctor era un buen pretendiente, pero mi mirada de fastidio la detuvo.-Anda, a tu habitación-Me ordenó sacándome de su habitación- De esta ventana yo me encargo, ándate a dormir.-

Dijo por ultimo mientras me sacaba a empujones de su habitación, me giré por unos segundos para mirarla, y ahí estaba de nuevo, como cada dos veces al año, sujetaba su anillo de bodas mas fuerte que nunca, su mirada se encontró con la mía y fruncí el ceño, sabía cuanto deseaba darme el anillo a mi o a Jessica quien hoy dormía en casa también, pero no, aquello estaba prohibido. Tendría que dejarnos sin alguna protección simbólica, aquel hermoso anillo de bodas era su salvación para el día "L" en cuanto alguien externo que viniese por la noche viera el anillo de mi tía Ana, saldría por donde entró o seguiría su camino en busca de cualquiera de nosotras.

 Bajé la mirada sonriendo, haciéndole saber que aquello ya estaba por desgracia destinado, continúe con mi camino y caminé por el corto pasillo y doblé a la derecha, caminé un tramo un poco mas largo que el pasado y topé con la tercera puerta a la derecha, giré la perilla y empujé, la puerta de roble crujió gentilmente y me sentí automáticamente reconfortada, el cálido olor entre una mezcla de rosas, vainilla y algo así como almendras inundó mi nariz, sonreí mientras cerraba la puerta a mis espaldas.

Sin embargo, mi gusto desapareció en cuanto visualicé el candado al fondo de la habitación sobre el ventanal. Suspiré y me giré hacia la puerta, pasé el seguro temerosa. Aquella noche iba a ser larga, tan solo por el hecho de que estaría esperando no escuchar nada, pues confiaba completamente en la revista local y en la belleza incomparable de las chicas del este.

Cuando por fin me acosté sobre mi cama, miré al techo con mis manos entrelazadas, las uñas de mis pulgares chocaban entre sí. 

Esperaba con ansias que nadie intentara entrar a la casa y hacer lo que se supone suelen hacer. Este era mi primer año como legal en el día "L" y no me parecía del todo agradable que en el primer periodo fuera elegida, mucho menos cuando Bruno había dejado el país y lo nuestro no tenía ninguna etiqueta.

 No supe cómo, ni en que momento, pero después de lo que parecieron largas horas había logrado conciliar el sueño después de todo. El romper de un vidrio en la planta baja me despertó repentinamente.

ELLOS (tHEy) .  **EDITANDO**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora