Era el dia. Habia llegado el dia en que acampariamos en aquel bosque oscuro y solitario.
Fuimos a buscar branquitas y madera para hacer la fogata.
Luego, colocamos la tienda y los sacos de dormir. La cerramos bien, no queriamos que ningun animal entrase en ella.
Nos fuimos a dar un pequeño paseo por el bosque. Íbamos dejando marcas por el suelo o por las piedras i árboles para no perdernos. Pedro y yo andabamos los primeros y detras estaban Carla, Ben y Cecil.
Carla y Ben se gustaban y Cecil estaba enamorada de Pedro. El problema era que Pedro y yo, suenara raro, nos gustabamos. Es decir, homosexuales.
