Me encantaría contarle mis sueños a su pecho,
mientras me duermo al ritmo de sus latidos
creyendo que la noche es eterna.
Y despertar en una caricia
que sutilmente me dijera
que estoy equivocado.
Y sería la mejor equivocación del mundo
Porque ahí estaría ella
Para llenarme con otro día de recuerdos a futuro
de miradas que hablan y de suspiros reciclados.
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Aunque la luna me grite
PoetryCrónicas desordenadas de la primavera en la que recupere mi estómago.