Love Me Harder.

Capitulo 1

·Narra Angie·

Hoy se cumple 1 año mas de la partida de Kendall Schmidt, mi novio, ya son 3 años, que me ah tocado vivir sin su compañía, el y yo vivimos lindos momentos, los cuales ya no se repetirán, es triste saber que la persona mas importante de tu vida se muera así, y mas como fue la muerte de Kendall, todo gracias a mi. ¡Me odio a mi misma! Odio recordar aquella carta, que me escribió Kendall, ¡Agh! Quisiera tener una maquina del tiempo, para..hacer que nada de esto hubiese pasado, pero por desgracia eso no se puede hacer. En fin, acabo de despertar, triste como de costumbre, me bañe lo mas rápido que pude, me puse lo primero que conseguí en mi armario y me largue de mi casa, ¿A que? Pues, a visitar a Kendall, en el cementerio, ¡Que horrible suena decirlo así! ¿No? En fin, empece a caminar, mire al cielo, y estaba nublado, no se por que.. pero cada vez que se cumple un año de la muerte de Kendall el cielo se pone así, ni idea de por que.. Camine un poco mas, y llegue al pequeño cementerio donde Kendall descansaba, salude a algunas personas que ya conocía, pues nos encontrábamos allí todos los días, ya que tengo esa costumbre de ir todos los días allí, ya que termine mis estudios, y en mi casa no hay quehaceres, y también por que me siento culpable de su muerte. Me senté frente la pequeña lapida que decía: "Kendall Schmidt, 1990-2011" leer eso, hizo que mis lagrimas salieran, odiaba tener la culpa de todo esto, era triste que un chico tan lindo como el, y que de paso, sea la persona que amo, aya muerto. Mi vida es un asco. Aun llorando, recordé la canción que escuchamos el día que nos conocimos....

"Tu, eres lo mas bello que alguna vez, pude mirar...."

En mi mente cantaba esa canción, que me traía tantos recuerdos, y de el pequeño bolso que llevaba puesto, saque unas fotos en las que el y yo aparecíamos juntos, cosa que me hizo llorar mas. También saque mis audífonos, y puse esa canción que me hacia llorar, me recosté sobre el pasto que estaba verde y húmedo, cerré mis ojos, y me sentí en otro mundo, en un mundo perfecto, donde las personas eran buenas conmigo, un mundo donde Kendall y yo eramos felices, un mundo donde era feliz con mi familia, osea un mundo PERFECTISIMO, bueno, al menos para mi era así, lastima que solo era mi imaginación con todo y efectos. Escuche algo, pero.. no le preste mucha atención ya que, primeramente, no entendí lo que dijeron debido a que tengo mis audífonos puestos con música a todo volumen y segundo, quizás fueron otras personas que pasaron hablando, así que seguí con mi canción. Esta vez, sentí que me tocaron el hombro, así que esta vez si me levante del pasto, abrí los ojos, me quite los audífonos, voltee y allí estaba un chico castaño, con lindos ojos miel..

-Hola, ¿Te pasa algo? -Dijo aquel Chico.

-Hola, emm.. no -Respondí Fríamente.

-Pero, ¿Por que estabas, como..desmayada? -Dijo algo preocupado.

-Solo escucho música, imbécil-Respondí. Y me volví a poner mis audífonos.

-¿Por que me insultas? Yo, no te eh hecho nada-Dijo. La Verdad tenia razón..Pero soy así. Repugnante a morir.

-No me importa, quizás no me insultaste ni nada, pero si me interrumpiste-No me daría por vencida, Sea como sea le respondería mal.

-Oh, pues perdón 'chicadelicadaqueseenojasoloporpreocuparme'-Dijo lleno de sarcasmo.

-Es que lo que tienes de guapo, lo tienes de idiota.

-¿Entonces crees que soy guapo?-Sonrió.

-No quise decir eso..

-No quisiste, pero lo dijiste-Dijo.

-Mira, como te llames, mejor lárgate antes de que te pase algo-Dije Firme.

-Mi nombre es James. Y, ¿Tenerte miedo a ti? Ja' por favor..Tu solo te la quieres dar de chica mala, pero no eres nada.

-Quizás tengas razón en eso, pero..Puedo ser mala aveces.

-No me importa, no le tengo miedo a una niñita.

-No soy niña, tengo 17.

-Rió-¡Ves! ni siquiera tienes los 18.

-La edad no importa.

-Cariño, el que juega con fuego se quema, así que conmigo no te busques problemas.

-Pff ¿Que? Osea, ni te conozco, y ya te la vienes a dar de machito conmigo. Ahh y de paso, me llamas ''Cariño''.

-Yo te llamo como a mi me de la gana, y pues solo es una advertencia.

-Pues, trágate tus malditas advertencias, y dile cariño a tu madre, tal vez ella sea la única que te acepte ese "Cariño".