Estoy cansada de tanto botellón, Raquel ya se ha ido hace una hora y ya voy por el quinto vaso de jb.
No puedo aguantar más tiempo allí, he venido a divertirme y eso voy a hacer.
Me dirijo hacía la plaza, dónde está tocando una orquesta, los abuelitos ya han empezado a desalojar la plaza hace un rato y poco a poco se va llenando de gente más joven.
Me voy al centro de la plaza y me pongo a bailar un baile que no conozco siguiendo los pasos de los musicos.
- Hola, ¿qué haces aquí bailando sola?- me pregunta un chico que no conozco de nada mientras se acerca a mi.
Me imagino que será uno de los amigos de Raquel - me aburría del botellón y me apetecía bailar un rato.
- Haces bien - me dice con una sonrisa- ¿cómo te llamas?
- Clara, ¿tú?
- David, encantado.
Parece un chaval muy simpático, un poco presuntuoso, pero me cae bien. Bailamos un par de canciones, y se acerca un amigo suyo que le dice algo al oido, lo que ignoro, me estoy mareando, y solo puedo concentrarme en no caerme, entonces siento como empieza a arder el jb en mi estomago.
Salgo corriendo de en medio de la plaza y voy detrás de la plaza, dónde no hay tanta gente.
Entonces el jb empieza a salir por mi garganta formando un asqueroso charco en el suelo.
Me siento en el suelo, lejos del charco de vómito que acabo de dejar en el suelo, y veo cómo se dirige hacia mi David.
- ¿Estás bien?
- No estoy segura.
- Es lo malo del alcohol, ¿quieres un vaso de agua?
- Vale.
- Ahora vuelvo, Mario, quédate con ella.
¿Mario?, entonces me fijo en el amigo de David, y me doy cuenta de que se trata del vecino enigmático de Raquel.
- Hola, ¿Clara verdad?
- Sí.
- Te he visto antes con Sofía, Laura, Raquel, ¿eres nueva en el pueblo?
- No, soy una amiga de Raquel, de Madrid - me sorprende que se haya fijado en mi.
- ¿Y qué hacías tu sola bailando?
- Porque Raquel se ha ido con Alex, y me he cansado del botellón.
- Entiendo, ¿quieres qué la llame?, porque está claro que no te vas a quedar aquí así.
- Si por favor.
- Vale, ahora vengo, que aquí hay mucho ruido.
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La confusión
RomanceNo debemos juzgar un libro por su portada, porque las primeras apariencias nos pueden confundir, esto es lo que le ocurrió a Raúl... no os cuento mas que me voy de la lengua, espero que os guste!