Aquí estoy, en mi cuarto… solo. ¿Quién lo diría? Un chico como yo, ágil, fuerte, alto, alegre, suspicaz, en una esquina de mi cuarto llorando sin saber qué hacer. ¿Quién me podrá entender? No tengo con quién hablar, mis padres apenas están en casa por tanto trabajo. Si los veo una vez al día es mucho… ¿Mis amigos? Me han abandonado… ¿Por qué a mí? ¿Por qué tuve yo que ser así? Ya no sé qué hacer he intentado de todo para librarme de este sentimiento tan oculto que ni siquiera yo mismo sabía que podía sentir. Y todo empezó, ese primer día de colegio, el fatídico día en que mi vida cambió totalmente.
Ahí estaba yo, llegando al salón y me senté en el pupitre de la escuela. Comencé a conversar con mis dos mejores amigos. Uno era Roberto, más bajo que yo, de pelo negro azabache y ojos claros. ¿Esteban? De mi estatura, flacucho y pelo rizo castaño oscuro.
-¡Hola Damián! ¿Cómo estuvo tu verano?
-¡Hola chicos! Les extrañé un mundo eh… Pues verán, no fue tan diferente. Como siempre, nos fuimos de viaje solo que ésta vez a Europa. Ya saben, Francia, Italia, España, Portugal… nada interesante.
-¿Nada interesante?- dijo Esteban –Quisiera yo que mis padres me llevaran a esos lugares tan increíbles…
-No son tan increíbles como piensas- Dijo Damián con un tono arrogante.
-Ay Damián, siempre subestimando las oportunidades que tienes en la vida…- Dijo Roberto sin rechistar.
-No se crean, aprovecho todo al máximo, pero no hago todo lo que me gusta hacer. A veces, me gustaría estar solo, o hacer cosas con gente que de verdad me agraden. No estar oyendo las tonterías de mi madre ante tanta “belleza” como ella llama.
Ambos se rieron ante estas palabras. Luego, Roberto me interrumpió diciendo: -Damián, supiste que llega un alumno nuevo al curso. Me dijeron que es todo un “nerd” y que es raro. Casi nadie se pasa con él porque siempre está metido en sus libros y cómics.-
-Sí- dijo Esteban- Veremos a ver qué hacemos con él, es un buen blanco para divertirnos un rato, ¿no creen?
-¿A qué te refieres?-dijo Damián- ¿A caso quieres humillarlo sin saber cómo es?
-La gente no miente Damiansito- respondió Esteban- Si dicen esas cosas, es porque es un rarito, y a esos raritos nadie les hace caso… ni siquiera sus padres.-
-Anda Damián, ¿acaso no te suena un poco divertido?- preguntó Roberto.
-Suena divertido, pero ¿cómo hacerle daño a alguien que no conocemos?- Dudó Damián por un instante…
-Shhh…cállense que ahí llegó.
Ahí estaba Daniel, al menos así lo llamaron un par de chicos cuando entró para conversar con él uno segundos. No se veía tan raro como lo describían… más bien parecía un chico normal. Solo que era más bajo que yo y más flaco, ya que debido a mis ejercicios y prácticas de natación mi cuerpo estaba bastante tonificado. Sus ojos eran un azul cielo, pelo negro hasta los hombros, una sonrisa peculiar que se diferenciaba de los demás…- ¿pero qué hago?- pensé -¿Qué rayos estoy diciendo? Debo estar loco, ¿cómo puedo fijarme en cosas así? No puede ser…- Se sentó en el pupitre más alejado del salón y sacó sus comics para leerlos y entretenerse en lo que llegaba el profesor. A esto, Esteban y Roberto se le acercaron, pero no con buenas intenciones…
-Hola mr. Rarito… ¿cómo te llamas?- Preguntó Esteban con tono de burla.
-Pues, mi nombre es Daniel, pero para mis amigos soy Dani.- Respondió y le extendió la mano para saludarlo, a lo que Esteban respondió con una risa.
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Más Allá De Una Amistad
Teen FictionDamian, un chico de 17 años conoce a su nuevo compañero de curso, Daniel. La historia se complica a medida que pasa el tiempo. :D