Cada mañana al levantarte empiezas un día nuevo, con ganas de vivir, buscar tu felicidad donde quiera que se esconda, incluso en personas. Pero yo cada día recaigo en mis pensamientos, pensando en... mis padres, mi origen. Es un tema que me hace heridas en el interior, porque tras 17 años buscando una respuesta, nunca la encuentro. Mi felicidad ha llegado a un límite dentro de un pequeño infinito que tapa mi infinito límite mayor de dolor y tristeza, de nostalgia y fatiga.
Pero dentro de mi felicidad encuentro siempre a mis amigos: Lydia, Dylan, Laura y Oliver.
Somos unos estudiantes de 2º de Bachillerato de un pequeño pueblo, y con pequeño no me refiero a una aldea..., del Reino Unido al sur de Londres llamado "Sky-Fell". Sí, literalmente significa "Cielo caído", pero yo no le puse el nombre así que no me miréis así.
Lydia es una chica bastante guapa desde mi punto de vista. Delgada, rubia, ojos verdes, un poco más baja que yo... en resumen, un pivón.
Dylan es un buen chico, más alto que yo. Delgado, moreno y ojos marrones, con unos cuantos lunares pequeños en las mejillas.
Laura es una chica deportista, más alta que yo, morena, ojos marrones... normalita.
Por último, Oliver, también es deportista (y creo que le gusta Laura), más alto que yo moreno y de ojos verdes, un chico apuesto y educado.
Pero tampoco me puedo olvidar de mi, Shawn. Un chico apuesto, de metro setenta y cinco, de pelo moreno, ojos marrones y tez morena (solo un poco).
Todos tenemos 17 años, excepto Oliver que ya cumplió los 18 el pasado mes de Octubre y Dylan, que cumplirá 17 el próximo mes de Diciembre.
Por lo general, somos buenos chicos, al menos en horario lectivo, tras las clases... algunos dejan de llamarse "personas".
Ahora mismo es martes son las 10:30 de la mañana y me encuentro sentado frente a mi mesa, escribiendo mi pequeño diario, en clase de Economía, asignatura muy aburrida que no paro de catear.
A mi derecha está Oliver, durmiendo, como siempre, detrás mía se sienta Dylan junto a Jack, un chico rubio de ojos azules que juega en el equipo de fútbol masculino del instituto.
-¡Eh, tío! Para de moverte, me pones nervioso.- Le dice Jack a Dylan que no para de moverse.
Dylan es hiperactivo, no puede estarse quieto. En clase se sienta atrás del todo y no ve nada de la pizarra y se mueve aún mas.
Oliver se despierta y mira hacia mi lado al mismo tiempo que me avisa que Lydia me está llamando, entonces me giro y veo que desea contarme algo al final de la clase pero está impaciente.
Al finalizar la clase a las 11:10 Lydia viene corriendo, feliz, para contarme aparentemente una buena noticia.
-Chicos, ¿a que no sabéis qué?- Dice Lydia ilusionada.
-No sé.- Contesta Oliver con pocas ganas a quien Lydia mira con una mirada fulminante.
-¡La excursión que haremos en Diciembre será a España!- Vuelve a ilusionarse Lydia.
-Genial, me encanta España.- Digo feliz.
-Claro como tu eres de origen español te encanta ir a visitar a tu país natal.- Me dice Dylan entre risas.
El resto del día fue genial, ideando que podría hacer en España. Había ido pocas veces a buscar pistas sobre mi familia y de donde venía, pero nunca encontraba nada. Esta vez tenía una sensación extraña, sentía como si esta vez fuese a ser diferente y en este momento me sentí eufórico.
Esa noche dormí feliz en mi cama, al lado de la de Dylan.
Vivo en su casa, porque cuando mis padres desaparecieron, los padres de Dylan eran los únicos amigos íntimos de los míos y me acogieron en su casa. En general, era una familia feliz con la que me sentí agusto desde el primer día de mi acogida.
El señor Horan me permitió quedarme con mi apellido, Hernández, y me trató como a uno más de sus dos hijos y mujer.
He pasado nueve navidades junto a ellos y este año aumentará una más.
Los días consecutivos seguí pensando en el viaje a España, los días que pasaron hasta hoy, Lydia me enseñó la ruta que haríamos entre las que se incluyen Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. ¡Nunca había estado en Sevilla! Esto me parece muy emocionante. Hoy, de nuevo martes, de nuevo economía, me siento con Dylan al final de la clase, cambiándome por Jack y ambos empezamos a hablar sobre España.
-¿No te parece emocionante ir a Sevilla? Nunca hemos estado allí.- Digo.
-Emocionante me parecería tener una aventura relacionada con demonios.- Dylan es un obseso de todo lo relacionado con los demonios.
-Eres tonto.- Le miro y nos reímos los dos.
-¿No piensas que estás un poco obsesionado con España? Hace nueve años que nos mudamos aquí y no hemos vuelto a nuestra casa de Madrid desde hace tres años. Siempre buscas pruebas sobre que les pudo pasar a tus padres y nunca encuentras nada. ¿No piensas que es hora de pasar página? A veces me preocupas...
-Siempre tendré fe y esperanza en encontrarles.
-Como quieras, yo siempre te apoyaré y ayudaré como hermano tuyo que soy.- Me mira y sonríe.
-Callaros un rato.- Se queja Jack.
-Tiquismiquis.- Susurra Dylan y se ríe.
ESTÁS LEYENDO
Ángel Endemoniado
Teen FictionEn la vida no todo es lo que parece, a veces ocurren cosas buenas y otra veces ocurren cosas malas. Pero... sería mejor equilibrar esta balanza y esto intentará conseguir nuestro protagonista, Shawn. Un adolescente huérfano de 17 años de edad, que n...