Capitulo 1.

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'Vamos Atenea esto no puede ser tan difícil' me lo repito a mí misma intentando cerrar la maleta para irme a Estocolmo a estudiar. Todavía lo pienso y no me lo puedo creer, después de años y años aguantando asignaturas absurdas y sin sentido por fin voy a empezar mi carrera favorita y en otro país. Mis padres han trabajado tan duro para conseguir cumplir mis sueños que jamás podré agradecerles todo lo que han hecho por mí y me da pena dejarles solos, pero sé que estarán bien.
Mientras dejo el café preparase en la cocina voy al baño y empiezo a vestirme, me pongo pocas capas para el avión, pero guardo un abrigo bastante gordo en el bolso porque sé que allí hará un frío de narices. Me tomo el café y recojo lo último que me falta para ponerme en marcha e ir al aeropuerto.
Una vez estoy en el avión cojo mi móvil y me pongo música, son 2 horas y media de vuelo y parece que el señor que tengo al lado va a estar todo el viaje tirándome sus babas en el hombro, qué asco.
Después de dos horas limpiándome el hombro y escuchando música interferida por los ronquidos del querido señor, he llegado a Estocomo. Por fin. Cojo mi bolso y saco el abrigo para ir preparándome para el frío, ahora solo me queda coger la maleta. Me acerco a las cintas donde llega el equipaje y espero. Espero y espero y espero pero mi maleta no está. Voy a atención al cliente y me dicen que no pueden hacer absolutamente nada hasta el lunes, y estamos a viernes, dado que los trabajadores están en huelga esos días para pedir más vacaciones. Genial, me pongo el abrigo y salgo fuera a fumar mientras espero un taxi que me lleve al apartamento que comparto con alguien que ni siquiera sé quién es, y empiezo mi vida en Suecia bastante mal, por no decir de culo.

Me subo al taxi que me lleva al apartamento, solo quiero llegar y quitarme los zapatos, pero antes tendré que ir a mirarme algo de ropa para ponerme. Llego y justo al lado del apartamento están las tiendas de ropa, algo bueno tendría que tener mi día al fin. Compro un pijama y 3 conjuntos para tres días, 2 pantalones, 3 camisetas y muda limpia. Después cojo las llaves del apartamento y entro, el portal es bastante acogedor y el ascensor es bastante amplio, cosa que agradezco porque no me gustan los sitios cerrados. Llego a la puerta, la abro y entro al apartamento. Es increíble, tiene un pasillo con paredes blancas al principio, a la izquierda está la cocina con una isla en medio, hacia delante hay otro pasillo que se divide en dos, supongo que una será mi habitación y la otra la de quién quiera que sea mi compañero o compañera. Abro la puerta de la que creo que es mi habitación y me encuentro a dos chicos en la cama tirados viendo una película juntos y bastante arrimaditos. Doy un salto de sorpresa y ellos se dan cuenta de que estoy allí y se ponen de pie. Uno es muy alto y el otro es bajito, no demasiado pero al lado del alto lo es, el alto debe de medir como 1.85, tiene el pelo rizado y largo de color marrón, el brazo derecho sin tatuajes tan solo uno pequeño y el brazo izquierdo lleno y por lo que se deja ver por su camiseta de tirantes también tiene alguno en el pecho. Tiene unos ojos verdes brillantes y preciosos, una mandíbula increíble y unos labios que dan ganas de morderlos.

El bajito tiene los ojos azul cielo, y es guapísimo también, tiene la voz rasgada por lo que he podido escuchar en susurros. Está lleno de tatuajes, tiene bastantes tatuajes en ambos brazos y también es malditamente atractivo.
Se acercan a mí y el alto me da la mano y dos besos
— Hola, me llamo Harry, tú debes de ser Atenea, encantado soy tu nuevo compañero de piso.
No no no no no, lo único que pedía era que me tocara una compañera de piso y me toca un chico que además de estar tremendamente bueno es gay, aunque pensándolo bien es mucho mejor porque podremos compartir cosas, mierda se me ha olvidado contestar.
—Emm.. Hola si yo soy Atenea, encantada Harry.- noto cómo me tiembla la voz al decir esto, me siento estúpida y bastante incómoda.
—Hola Atenea, yo me llamo Louis.- el chico bajito se presenta y me da un abrazo y dos besos. Encantado de conocerte, será un placer tenerte por aquí, y bueno yo me voy así os dejo para conoceros mejor, volveremos a vernos.
Louis se pone los zapatos, el abrigo y se va. Nos quedamos Harry y yo solos y casi no puedo con la presión de mi pecho. Nos quedamos en silencio hasta que él habla.
—Ven te voy a enseñar tu habitación.- dice mientras me coge de la mano.- la puedes decorar a tu gusto y como quieras, que no te voy a decir absolutamente nada, puedes poner pósters de boybands de estas que están de moda ahora, pero mientras yo no los vea.- dice riéndose y con sonrisa pícara.
—Vaya, creo que vas a tener suerte porque no me gustan las boybands.- le contesto con riéndome y con otra sonrisa pícara.
—Eso me gusta, me gusta.- dice mientes sigue sonriéndome y mirándome con esos ojos verdes esmeralda.- Te dejo sola, ¿no has traído maleta? vaya si que vienes a la aventura.
—Es.. es que me han perdido la maleta en el aeropuerto, pero me he comprado ropa con algo de dinero que he sacado antes de venir- contesto intentando no parecer idiota.
—Oh, ya veo, ¿vaya manera de empezar eh?.- vuelve a reírse otra vez.- voy a hacer la cena que estarás hambrienta, tienes toallas en el armario y sabanas también, sírvete.- me guía antes de salir hacia la cocina y dejarme sola.
Wow, ha sido una de las escenas más raras de mi vida, pero por fin estoy sola y puedo ducharme tranquilamente, cojo dos toallas del armario y me dirijo al baño, menos mal que no se me ha ocurrido ir en toalla porque tengo que pasar por al lado de la cocina para ir y habría sido todavía más incomodo. Me meto en el baño. Me miro al espejo y no puedo estar más horrible, el maquillaje tan perfecto que tenía al salir de casa ahora no está y parece un borrón negro, mi melena negra tampoco está por la labor y parece que he metido los dedos en un enchufe y tengo el pegote de las babas del señor del avión en la camiseta. Me meto en la ducha y me quedo pensando cómo será mi vida aquí, Harry no parece que sea gay, pero por cómo se comporta con Louis estoy segura de que sí que lo es. Mientas me cae el agua y me lavo el pelo intento relajarme, pero a duras penas sirve de nada. Me visto y me desenredo el pelo, el pijama que me he comprado es normal, un pantalón y una camiseta bastante típica.

En cuanto salgo del baño me llega un olor a patatas fritas y a queso, qué bien huele. Tiro la ropa a lavar y me acerco a la cocina, ahí está Harry con un moño y una camiseta blanca, haciendo la cena y sufriendo porque no le queda lo que sea que esté haciendo como él quiere. Me siento en una de las sillas de la isla y espero a que el chef sirva la cena, me muero por preguntarle cómo conoció a Louis y por su vida, ya que ahora vamos a compartir piso durante muchísimo tiempo. 10 minutos después tengo delante mío carne con queso fundido por encima, patatas fritas y  bacon, Dios mío tiene una pinta increíble. Empiezo a cortar mientras le pregunto a Harry bastantes cosas, él me cuenta que su madre y su hermana viven juntas, que sus padres están separados y su madre se casó con un tipo bastante guay al que tiene mucho cariño, y eso me gusta. Yo le cuento que mis padres están juntos desde toda la vida y que soy hija única. Cuando acabamos lo de nuestros platos él se va a limpiarlos y a sacar el postre, chocolate.
—¿Quieres engordarme verdad?.- le digo mientras me río.
—La verdad es que si, estás en los huesos Atenea tienes que empezar a comer más.- dice mientras se ríe también.
Cuando acabamos el postre le ayudo a fregar, mientras estamos fregando cada uno su plato le pregunto.
—¿Cómo conociste a tu novio?.- le pregunto sin   darme cuenta y para cuando me tapo la boca ya es demasiado tarde.
Empieza a reírse como un loco y yo no entiendo nada, igual fue gracioso cuando se conocieron.
—¿Mi novio?.- pregunta riéndose a carcajadas.
—Si, tu novio, Louis.- le contesto, no podría quedar peor ya.
Se me acerca y me pone contra el grifo y el delante mío, me coge el pelo mojado y me lo pone  detrás de la oreja.
—Yo no soy gay, bichito, ¿cómo has podido pensar eso?.- dice riéndose mientras me aparta, creo que eso ha sido una demostración clara para que deje de pensar que es gay.
—No.. no se os he visto ahí tan juntos viendo una película que pensaba que...-. me interrumpe y me dice:
—Vamos a acabar de fregar los platos y vamos a ir al salón, que te voy a contar por qué Louis y yo somos así, te vas a sorprender.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2015 ⏰

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Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora