8 horas de camino. Fue demasiado pesado, me gusta viajar, pero no cuando tengo que dejar el lugar en donde nací, crecí y viví por más de 17 años.
Bueno, se supone que esto es para mejorar, mi padrastro a aceptado un nuevo trabajo aquí en Brooklyn, ya que perdió su anterior trabajo en mi ciudad natal, Iowa. Al menos eso fue lo que me dijeron.
Fueron cerca de cinco paradas en distintos moteles, tenemos que viajar en auto solo porque al esposo de mi madre le da miedo viajar en avión, que miedo más tonto. Dice que le da miedo que el avión se vaya a caer y es que la verdad esa fobia no tiene sentido porque hay más probabilidad de morir viajando en auto que viajando en avión, y no lo digo yo, lo dicen las estadísticas.
Desde hace una semana estoy queriendo hacerme de la idea, de cambiar de colegio, de ciudad, de todo, de mi única amiga Scarlet, quien se quedo en Iowa.
a verdad no se como será aquí, me refiero, no es que sea una persona totalmente sociable, y es que tener amigos es muy difícil para mi, no se si sea bueno una nueva vida, empezar desde cero, no estoy seguro de que sea lo que quiero.
En fin, son cerca de las seis de la tarde, aun hay luz solar, llegamos. Lo supe porque mi padrastro se estacionó frente una casa, que para ser honesto, estaba mejor de lo que esperaba, era hermosa y grande, era de un tono rojizo, muros estaban decorados con forma de ladrillos, los detalles eran blancos, al igual que los grandes ventanales, tenía un jardín delantero y un gran roble del lado derecho.
Bajamos del auto, y Christian fue directo a abrir la puerta de la casa, yo por mi parte abrí la cajuela del auto y empecé a bajar las pertenencias que traíamos con nosotros, supongo que la mudanza llegaría mas tarde.
Tome lo que pude y me dirigí a la casa. Entre, era grande, y tenia un cierto aire barroco, todo tan detallado. Dejé las cosas y fui afuera a por más, pero mi padrastro ya las traía.
Así que entre a la casa sin más, luego lo hiso Christian, y después mi madre.
Subí las escaleras:
-¿Cuál será mi habitación?- le pregunté a mis padres, al ver que ya estaban escaleras arriba.-Escoge la que tu quieras- dijo Christian sin más.
-Vale- le dije mientras giraba y me dirigía al pasillo.
La primera habitación, era pequeña así que seguí, la verdad es que tengo algo parecido a la claustrofobia, la alcoba siguiente era, perfecta, grande y de un color blanco platino, mi color favorito.
Salí de mi cuarto para avisar que esa era la habitación que me quedaría, pero al salir me percate de que había un cordón proveniente del techo, era para bajar unas escaleras retractiles, que supuse llevarían al ático.
Ignoré eso, seguí y en ese instante llegaron los que supuse eran de la mudanza. Bueno, -iré a dar la vuelta por el vecindario- pensé, no quería estar en la casa con todo el ruido de la mudanza, además cuando veníamos, creí ver una heladería, -iré hacia allá- dije para mis adentros.
Me dirigí con mi madre y le conté lo que tenia planeado hacer, me dijo que estaba bien, así que salí y camine.
la verdad es que me encanta el helado, en general es muy bueno, pero mis favoritos son el de chocolate y fresa. La vainilla casi no me gusta, cuando llegue a la heladería, no era exactamente eso, sino que era una cafetería, bueno creo. Reí en voz baja,
Me acerque a donde estaban los helados. Me quede viendo los sabores, y cuando me di cuenta que precisamente no había helado de fresa ni chocolate, hice una cara extraña, en ese momento un chico, el que atendía me pregunto que si estaba bien a lo que le conteste que si. Le pregunte que si ni había helado de chocolate y me dijo que no, pensé en irme me hacia un poco de calor y quería un helado, el chico al ver mi cara me pregunto:-¿Algún otro sabor?- preguntó de manera amable
-¿Fresa?-
-Lamento decirte que también se nos terminó.-
-Bien ¿cuál me recomiendas?- pregunté
-Bueno, el de vainilla es mi favorito.- dijo sonriente-Traté de ocultar mi cara de repele-
Por un momento pensé en dejar el lugar y solo decirle gracias al chico, pero bueno le daré una oportunidad al helado de aquí.
-Entonces dame un cono de vainilla por favor.
-Con gusto- dijo el chico
Me dio el helado, le pague y me senté en una de las mesas cercanas al mostrador. Probé el helado, y la verdad es que estaba bueno, si, era vainilla pero no sabia artificial, era algo tan suave que me lo termine muy rápido. Ya cuando iba a pararme llego una chica, se sentó en la misma mesa que yo;
-Hola- dijo a la par que sonreía.
-Hola- le conteste de manera amable.
-¿No eres de aquí, cierto?- preguntó
-Pues n...- me interrumpió
- Nunca te había visto por aquí. - dijo antes de que yo pudiera contestar
-No, soy nuevo en el vecindario- dije
-Claro, eres el que se mudo a la casa de enfrente- dijo mirando al cono que tenia en la mano
-¿Ah? dije al no entender su comentario
-Ah, cierto, Perdón suelo pensar en voz alta- dijo algo sonrojada
-Vale, esta bien, a veces yo también lo hago- confesé
-Bueno, a lo que me refería es que en frente de mi casa llegaron unos camiones de mudanza, y vine porque hacían mucho ruido, y creí que serías tú el que se estaba mudando, supongo que con tus padres.- dijo después reír por comentario previo
-Probablemente sea yo, ¿en qué calle es?- le pregunté
-Honeymoon- se rió
-Si, eso significa que ¿somos vecinos?
- Pues claro, no seas tonto.- dijo riéndose
-Okay- también reí
-Por cierto mi nombre es Troye-
-Yo soy Marina- dijo mientras estrechaba mi mano
Interrumpiéndonos, sonó su celular. Me dijo que necesitaba contestar y le dije que estaba bien. Se retiro un poco y cuando volvió, se veía nerviosa, así que le pregunte que si estaba bien, a lo cual ella me respondió que si, pero que se tenia que ir. A continuación, se fue, parecía que llevaba prisa,
Después de estar pensando un rato llego el chico que atendía los helados.
Se sentó enfrente de mí.
–¿Y bien?– preguntó
–¿Disculpa?– fue lo único que dije
No entendía, ¿y bien qué?
–El helado ¿qué te pareció? – dijo después de soltar una pequeña risa.
–Ahhh, pues me gustó, para serte sincero la vainilla no es que me agrade mucho, bueno al menos donde vivía el helado de ese sabor era pésimo, pero este en realidad me gustó.– dije después de entender a qué se refería
–Sabía que no eras de aquí, y pues si, es muy bueno – dijo en un tono algo arrogante
–Pues si, acabo de mudarme. De hecho a unas cuantas cuadras de aquí.–le contesté
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Delete it.
Teen FictionEs curioso ¿no lo crees? Es tan irónica la manera en la que las personas que quieres no se dan cuenta del daño que te hacen con palabras tan sueltas, tan flojas. Pero así es la vida; Es como un ciclo de nunca acabar, un circulo de sufrimiento con t...