RICKY BENSON

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20/01/2014 Celebraba otra de mis típicas fiestas nocturnas en el antro más popular de la ciudad. Drogas, Alcohol, chicas, sexo una noche de locura pero esta vez cumpliendo otro año más de vida, plenitud, para mi madre solía ser un día en el que sentara cabeza y vaya a la universidad, tenga mi propio apartamento, un futuro asegurado y no esta vida del chico fiestero que lleva años y siglos sin leer un libro, sin decir mamá hoy tengo planes, más bien quería fumar toda la noche, tener sexo y salir a antros y discos. Pero antes solía hacerlo trasnochaba acompañado de la lectura, soñaba con ser un gran escritor pero con la perdida de mi padre y ver a mi madre en el mundo de los malos vicios y la prostitución, quise algo más que escribir sobre un papel, quería tenerlo todo y que nada me tuviera a mi, cuando cumplí 10 años nació mi hermano pequeño Kaleb, mi madre se caso con el mejor amigo de mi padre y no tenía ni la más mínima idea de por que el tomaba de esa manera tan fácil el lugar mi papá en la casa, mi madre consciente y creyéndome ingenuo sólo decía que estaba aquí para cuidarnos por que mi papá se lo pidió. La pregunta que siempre me hacía era ¿Cómo alguien puede pedirle a su mejor amigo que ame a su familia en lugar de él? le cogí odio y nunca quise saber del cobarde de mi padre, quizás tener una familia le quitaba la oportunidad de ser libre y si así lo fuera que tenga suerte o que Dios lo perdone por que yo juré nunca hacerlo, negar haber sido hijo de él me quitaba el miedo de crecer y tomar su ejemplo... Mi infancia fue delincuente de la vida y doliente de la muerte, todo paso rápido así como Kaleb fue creciendo y supe ciertas verdades, hasta de cómo aquella señora dejó de llamarse mi madre...



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⏰ Última actualización: Nov 25, 2015 ⏰

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