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Filosofiando

Creo que a lo largo de la vida el destino nos envía lo que vamos mereciendo, en mis 17 años y 8 meses de edad, he recibido cosas bastante ordinarias, mi título de la secundaria, la saga de libros de Hush Hush, un hermano (debería considerarse si los monstruos están dentro de lo ordinario), los suéteres de la tía Jane en Navidad, cosas pequeñas e insignificantes, pero cuando empiezas a acostumbrarte a la rutina de lo ordinario llega un momento, en el que el destino te da lo que tiene realmente preparado para ti, lo mío llego un buen martes en las vacaciones de verano, llevaba unos jeans desgastados y una blusa amarilla y estaba leyendo uno de mis clásicos favoritos "grandes esperanzas" de Charles Dickens, no fue algo material, tampoco fue el descubrimiento de un talento que fuera a hacer rica en el futuro, lo mío fue diferente fue alguien, alguien con nombre, apellido y unos ojos hermosos. Lo que pasó después de ese día fue tan desastroso como estupendo, ¿qué si me arrepiento? No.