Una segunda oportunidad

420 18 0
                                    

Lo había arruinado en cuestión de un día arruine una buena amistad de años, y lo peor es que no había motivo por el cual hice esa gran estupidez. Por qué? Acaso en serio me gustaba el Rubiuh? Nunca se me había ocurrido una posibilidad así, nunca nunca.

Prendí mi ordenador y me pise a investigar, me sentía un estúpido adolescente haciendo preguntas tan estúpidas en el buscador. De pregunta a pregunta y sin saber como, termine viendo porno gay, pero no pude terminarlo debido al asco que sentí. Pero leí muchas cosas muy bizarras sobre gays, son mas complejos de lo que esperaba. Apagué el ordenador y me quede meditando de lo que estaba sucediendo.

Se escucho la puerta sonar, yo solo rogaba con que no fuera el Rubius, volvieron a tocar y me dirigí para abrir la puerta, sentí un gran alivio al ver que era Alexby.

Pase toda esa tarde junto Alexby, no me fige en que momento se hizo de noche. El ya estaba por irse cuando...

- Mangel?!

- qué pa'a?

- que ha pasado con el Rubius?

- a qué te refiereh?

- hoy en la mañana fui a su casa y estaba súper raro, hasta me saco a patadas el muy cabrón!

- no..no lo se. Ya sabeh que ese tío eh bieh raro.

- igual deberías hablar con el - dicho esto ultimo, tomo sus cosas y se fue, dejándome solo con mis pensamientos.

Pasaron los días y yo no veía al Rubius, lo extrañaba tanto, pero no sabia que hacer para recuperarlo, y menos que hacer con mis sueños que cada vez se ponían peores. Después de dos meses que se me hicieron eternos sin mi Rubius, alguien tocó la puerta, era el...

- Rubiuh - me temblaba todo - que haceh aquí tío?

- ...vine a jugar - al ver mi cara de confusión se aclaro - a jugar vídeo juegos, no he venido a visitarte hace mucho así que...supuse que ya era tiempo no?

Esto era una segunda oportunidad, obviamente la iba ha aprovechar.

- pa'a Rubiuh - fue lo único que le atine a decir, estaba emocionado.

La tarde paso de lo mas normal como antes de aquel incidente. Y así fue durante un mes. Entre el y yo parecía que nada había pasado, es mas creo que yo hubiera olvidado todo si no fuera por los estúpidos sueños que me torturaban en la noche.

Intente hacer varias cosas para poder superar los sueños, pero no funcionaba nada, los sueños eran peores y mi manera de ver al Rubius cambiaba constantemente, se me hacia imposible verlo como antes, me moría de ganas por lanzarmele encima, besarlo y saciar todos esos sentimientos que me eran provocados por los sueños húmedos. Lo visitaba la mayoría de días, por que sentía que si no lo veía un día iba a morir, quería estar siempre cerca de el, y deseaba que el llegue a sentir algo similar.

Después de un mes de aquel incidente fui a su casa para jugar videojuegos. Toqué la puerta y nadie abría, y yo sabía que el Rubius si estaba, el jamas sale, a si que me asuste, toque con mas fuerza y nada, lo llame al movil, y escuche el timbre adentro del apartamento, ahora lo confirmaba, el si se encontraba en casa.

- RUBIUH! - toque la puerta con fuerza - abreme!

- Vete Mangel - se escucho desde adentro - estoy ocupado - metía, se le escuchaba mal.

- Mienteh!, abreme la puehta! - el no contestaba - Rubiuh! - volví a tocar la puerta - me voy a quedah aquí ha'ta que decidah deja'me pasah.

Pasaron unos minutos y Ruben no salía, quería volver a tocar pero decidí guardar silencio, para que el se asomará, y funcionó. Cuando pasaron unos 30 minutos aproximadamente el Rubius salio para ver si aun seguía ahí.

- Te atrape Rubiuh - me le abalance encima y lo metí nuevamente en la casa, lo solté, cerré la puerta, y volteé a para verlo cara a cara. Estaba pálido, tenia unas ojeras enormes y los ojos rojos.

Me acerque a el, para abrazarlo, que le habrá pasado ahora?

- qué pa'o Rubiuh? Poh qué llorah? - el todavía se encontraba con la cabeza metida en mi pecho, al parecer el no quería hablar.

Lo abracé con más fuerza, y lo lleve asía el sillón, nos sentamos tome su rostro para verlo a los ojos, esos ojos que me estaban volviendo loco.

- Rubiuh - tenia mis manos alrededor de su rostro, se le veía tan tierno y vulnerable, me moría de ganas de besarlo, de tumbarlo, de acorralarlo, de cumplir todas mis fantasías que solo podía hacer en mis sueños.

- tengo miedo Mangel - me dijo con la voz quebrada - me siento muy solo, no se que hacer, con 15 millones de seguidores me sigo sintiendo así, debería de sentirme apoyado pero no, mas bien me siento mas presionado...- lo abrace, no quería que continuara, me rompía el corazón cuando se ponía así. El siempre aparentaba estar bien y ser feliz, pero no era mas que otro corazón roto.

Con el abrazo que le di dejo de hablar pero se rompió en llanto, sus sollozos eran intensos al igual que su respiración. Lo apegue mas a mi, y lo puse sobre mis piernas, lo console como un niño. Mantuvimos la misma posición durante mucho tiempo, era lo único que podía hacer, me gustaría poder hacer mas por el.

Poco a poco se fue calmando, nos invadió el silencio, y lo único que se escuchaba eran nuestras respueraciones, la de el sonaba mas pesada que la mía, sin embargo el silencio no era incomodo.

- gracias Mangel - dijo con un hilito de voz quebrada, se le escuchaba débil, pero mas tranquilo que antes - no se que haría sin ti - confeso mirándome a los ojos.

- Rubiuh, quisierah queh e'tiehdah lo musho que me duele ve'te así.

- lo siento Mangel.

- no tieneh po'que di'culpalte...

- te equívocas Mangel, hace rato he dicho que me siento solo, y eso es egoísta considerando que estas aquí conmigo.

- Rubiuh, siempre he estado aquí contigo.

Nos quedamos mirando durante algunos minutos, ninguno de los dos parecía querer dejar de hacerlo. Se le veía terriblemente triste. Como hubiera querido tener algún poder para quitar la tristeza, pero bueno, tal vez yo no tenia la habilidad de curar las penas de las personas, pero conocía una manera de aliviarlas un poco.

La vez que no me detuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora