Capitulo 2

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-Seb... Sebastian- mi madre me mueve un poco brusco para despertarme.

-Ya estoy despierto... ¡ya desperte!- digo un poco exaltado.

-Creo que tu amigito te ha ganado a levantarse.

-¡Mamá!- busca rapido una almohada y escondo el bulto de bajo de la almohada.

-Muy bien... solo te vine a despertar tal como me dijiste que hiciera. Me voy dentro de treinta minutos, el vuelo es a las nueve.

-Está bien.

En cuanto cierra la puerta detras de ella, arrojo la almohada al piso.

-Genial, tenía que pararse -digo mientras me levanto.

Espero a que se baje la erección para bajar ala sala.

En cuanto bajo Mamá me da indicaciones sobre lo que debo hacer mientras ella no esté. Como regar las plantas y refrigerar la comida.

-¿Es todo?
-Si. Es todo
-Que te valla bien.
-Gracias -se aserca para darme un abraso- bueno... metengo que. Ya vez como son esas cosas al momento de revisar las valijas.
-Adiós.
Creo que nuestra despedida ha sido bastante cortante diría yo.

El taxi la estaba esperando ya fuera de la casa. Ella sube y desde el asiento del copiloto me lansa un beso. Ahora me he quedado la casa para mi solo. Pero no hago más que revisar la nevera y comer un poco de todo. Después, me tiro en el sillón y me pongo a ver un poco la televisión. Estoy divertido viendo como Julia Roberts hace una interpretación como reina malvada en una comedia de Blanca Nieves, cuando de pronto aparece en mi mente la señorita Sofia en una pose como si estuviera en una revista Play Boy, con la lenseria más pequeña que he visto en una mujer. Entonces me vuelve la erección y esta vez le hago caso; me bajo el cierre del pantalón e introdusco mi mano dentro para sacar mi pene, ya fuera, empiezo a apretar mi pene erecto con mi mano mientras en mi mente la señorita Sofia se quita el sosten. Mi mano comienza a subir y a bajar cada vez más rápido.

-Sofia -digo en un jadeo.

En un instante siento un gran placer recoriendo dentro de mi pene. Entonces me vengo.

-Mierda -maldigo mientras me levanto en busca de papel para limpiar el semen.
Es la Tercera vez que me masturbo en toda mi vida. Creo que la señorita Sofia tiene algo que me enloquese y ese algo es su cuerpo. Por ejemplo, cuantos son tan afortunados de tener una profesora de tetas enormes y sin ninguna llanta. Además, dudo mucho ser el unico que ha fantaseado con ella. Además, ella es la unica culpable; para que me exita.

Después de tomar una ligera siesta tomo un baño para luego prepararme para ir al instituto, me pongo el uniforme, arreglo mi mochila. Para cuando salgo de casa me doy cuenta de que mi corbata esta sucia, tiene una gran mancha, así que entro de nuevo a cambiarla por una limpia. Cuando vuelvo a salir, de camino al instituto, veo a la señorita Sofia en su audi negro y se me acelera el corazón cuando empieza a frenar su auto.

-Vas tarde. Sube -dice sin nisiquiera mirarme.

-¿Disculpe?-digo un poco aturdido.

-Llegarás tarde sube.

Sin decir más, subo al audi. Este día lleva puesta una blusa que deja ver gran parte de su escote. Para evitar una erección miro por la ventana con el fin de distraerme. Ella comienza a hablar sin despegar la vista del camino. De hecho en ese momento me recuerda a una escena de la película de terminator.

-Sebastián. ¿Cierto?

-Si.

-Tus calificaciónes. Son muy bajas y acabamos de comenzar el curso.

-Bueno... pues... trataré de mejorar- en más de una ocasión la vista se me va a donde estan sus enormes sandias.
El recorrido no es muy largo.

Llegamos y la mayoría de mis compañeros de clase que se encontraban en esos momentos fuera el instituto no apartaban la vista de la señorita Sofia, pero cuando me vieron bajar de su auto todos se miraron los unos a los otros y comenzaron a susurrar cosas que no podía distinguir.
-Muchas gracias - le digo sin darme cuenta que tenía la cabeza agachada.
-A clases - dice sin más.

A veces me pregunto si la señorita Sofia tendrá sentimientos. Siempre es muy fría y me temo aceptarlo, pero es un poco aburrida. También me pregunto sí tendrá sentido del humor.
Estaba tan hundido en mis pensamientos que no me había dado cuenta que todos ya habían entrado a clases, e incluso la señorita Sofia ya no estaba a mi vista.
-Mierda - maldigo por lo bajo.

Subo rápido las escaleras y entro al instituto, entro al aula abriendo la puerta de golpe irrumpiendo el silencio.
-Llega usted tarde - después de que la señorita Sofia lo dice, yo reviso mi reloj.
-Sólo son cuatro minutos tarde - recrimino.
-Cada minuto cuenta - lo dice en el mismo tono frío de siempre, pero está vez me hace enojar.
-Hasta un segundo podría ser importante para una persona para usted supongo, aunque ese segundo no llegué a nada.

Cuándo término de hablar todos me miran como si hubiera detonado una bomba. La señorita Sofia sólo se mantiene callada por un instante manteniendo la mirada en algún punto de la pared del frente. Después de un segundo su mirada se vuelve hacia mi. Su mirada me carcome hasta los huesos.
-¿Podrías repetir eso? - me reta sin ni siquiera parpadear.
-Sólo dije que tiene una forma de ser muy alegre - trato de arreglarlo todo pero creo que mejor me hubiera quedado callado.

Los demás sólo reprimen una que otra carcajada. Sólo espero que esta vez la señorita Sofia se muestre flexible.
-Estarás en detención. No hoy. Tampoco mañana, pero pasado mañana estaras todo el día en el instituto.
-Como usted diga - mejor decido no llevarle la contraria. Aun que creo que ella lo miró como un reto de mi parte.

Todos continuamos haciendo los deberes hasta que comienza la hora de descanso. Todos esperan a que la señorita Sofia dela orden de poder salir, pues nadie se atreve a levantarse sin su consentimiento. Cuando por fin dice que podemos salir... Me sorprende que todos salgan en orden y en silencio.
Yo espero a que todos salgan para poder salir. Ya al último momento la señorita Sofia me detiene.

-Sebastian. No olvides lo de tu detención - siento que me acuchilla con la mirada.
-Por supuesto - contesto con un nudo en la garganta.

Salgo del aula y me dirijo hacia donde estan Esteban, Karol y Aline.
-Wow... Me sorprende que sigas vivo. Creí que la terminator te asesinaría - Aline ríe por el comentario de Esteban mientras que Karol solo reprime una sonrisa.
-Pues aquí me tienen... Sano y salvo - bromeo y esta vez Karol también rie.
-Sabes... Creo que te envidio... Pues tienes una cita con la profesora más sexy del instituto.
-Es una detección y es con la profesora más fría del instituto - le corrijo.

Después del cotilleo y el almuerzo. Volvemos a clases. Sólo espero que no pase nada extraño. Bueno, dudo mucho que me pueda ir peor en este día o en cualquier otro día. Solo me quedará pendiente el día de la detención.

El Alumno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora