Había una vez, una niña. Ella se llamaba Catherine, pero sus amigos imaginarios -los cuales eran unicornios- le decían Cat.
Ella tenía una seria obsesión con los unicornios. Era tanto esto, que Catherine no dormía, no comía, no respiraba, no prestaba atención por estar pensando en unicornios. O dibujándolos, o escribiéndolos, o bordándolos.
Hasta que un día, llegó Peeta y le lanzó un pan. Se fueron a Narnia y vivieron felices montando unicornios por siempre.
Fin.
ESTÁS LEYENDO
Unicorn Girl
FantasyElla tenía una obsesión con los unicornios. Una seria, muy seria obsesión.