Cultivemos esta pequeña semilla, plantemosla en el centro de nuestros corazones, reguemosla con besos eternos y palabras de amor, hagamos que cada recuerdo juntos sea un rallo de sol y que al tomarnos de la mano las raíces de esta pequeña flor crezcan y se aferren cada vez mas a nuestro cálidos y obscuros corazones.
Hagamos que esta semilla crezca y que en un futuro se convierta en la flor mas hermosa del mundo y que esta misma nos brinde el oxígeno suficiente para vivir, pues este es el único aire que quiero respirar, tan lleno de amor y cuidado que sana el alma con una sola bocanada del mismo, luchemos por que cada una de nuestras tiernas caricias se conviertan en la dulce brisa del aire que roza suavemente los frágiles y místicos pétalos de nuestro amor.
Enterremos todos nuestros miedos y dejemos que la misma tierra los convierta en nuevos sueños que florecerán y nos brindarán nuevos y únicos frutos.
No dejemos que nuestro pequeño tesoro se marchite, al contrario sembremos mas de estas semillas y compartamos con el mundo esta bella y especial fragancia con olor a cariño y pasión que penetra las fosas nasales y se adhiere a lo mas profundo del alma, brindándole así un poco de esperanza a cada parte de los míseros cuerpos que deambulan por esta ciudad.
Hagamos que el contacto de nuestras bocas sea la fusión de nuestras nuevas fantasías y que a partir de ese beso nazca un nuevo mundo.
Dejemonos caer sobre el césped adornado con ese fino rocío y juntos contemplemos la infinita belleza de dos cuerpos unidos en un lugar distinto a la realidad donde el amor se convierte en flores y los miedos en sueños.
