Asesina disfrazada

2

En unos minutos llegamos a nuestro destino. Aparqué de golpe en el aparcamiento del restaurante y bajé suavemente de la moto. De reojo miré a Jake, quien se encontraba temblando en el asiento de atrás. 

-Baja ya, estamos en tierra firme -dije cruzada de brazos.

El chico bajó rápidamente de la moto al ver mi expresión de molestia. Reí al darme cuenta de que me tenía más miedo a mí que a la velocidad de la moto.

Entramos dentro y le dije a mi hermano que vaya a pedir mientra yo buscaba una mesa.

-Está tardando mucho -dije al ver que llevaba un cuarto de hora sentada esperando.

Fui hacía la fila para pedir y me encontré con Jake temblando y andando poco a poco con una gran bandeja en sus manos. 

Al principio pensé que se encontraba así por todos los caballitos que había hecho con la moto durante todo el camino, pero después me di cuenta  del moreno, de nombre Marcus, que le miraba fijamente desde la entrada al baño.

Me acerqué a él y le quité la bandeja de las manos, sintiendo como la mirada del otro chico se posaba en mí. 

-Come rápido, tengo cosas que hacer -le dije antes de atragantarme con mi hamburguesa.

-No comas tan rápido -me dijo él dándome palmadas en la espalda. 

Una vez acabamos de comer le dije a mi hermano que se adelantase porque yo tenía que ir al baño.

"Si me conociera sabría que yo no voy a baños públicos"

Pasé por al lado de la mesa de Marcus y sus amigos -que afortunadamente estaba justo al lado del servicio de mujeres- y me metí en el cubículo más cercano a ellos. Pequé mi oreja a la puerta y logré escuchar su conversación.

"¿Así que esta tarde en la pista de patinaje del parque del centro de la ciudad, eh?"

Miré la hora y me di cuenta de que tenía tiempo de sobra para ir a dejar a mi hermano y llegar al parque.

Minutos después salí a paso rápido del cubículo y ande hacía mi moto.

-Has tardado -me reclamó Jake.

-Cállate. Tú también tardas cuando vas a defecar.

Él me miró raro y yo subí a la moto. Hice rugir el motor y arranqué tomando velocidad. Mi hermano se aferró fuertemente a mi camiseta por el camino.

-Llegamos -dije frenando de golpe.

-¿Cómo se sacó el carné de conducir? -murmuró él.

Intentó quitarse el casco, pero no puedo por estar temblando. Lo miré por un rato hasta que se dio por vencido y me pidió ayuda.

-Eres un caso -dije mientras metía la moto en el garaje. 

Entramos en casa y yo me fui directamente a mi estudio a preparar un plan para atrapar a Marcus.

Minutos después se me ocurrió que podría dispararlo con un dardo tranquilizante cuando estuviera alejado de todo el mundo.

Preparé la pistola y un par de dardos de repuesto, y salí de casa cogiendo las llaves del coche de mi padre.

"Si me pillan no me llevarán a la cárcel a mí"

Cuando llegue a la pista de patinaje -la cual me enteré que llamaban scurbi- aparqué el coche en un lugar alejado y me senté como si nada en un pequeño césped al lado de las pistas para esperar.

Media hora después llegó con un amigo suyo. Yo ya tenía todo planeado, ahora sólo era cuestión de tiempo.

Todo iba según lo planeado. Ya habían pasado un par de horas desde que llegué y ya estaba oscureciendo. En la pista de patinaje sólo quedábamos Marcus, su amigo -que aún seguían patinando- y yo -todavía sentada en el mismo lugar-.

-Vámonos ya. Se está haciendo tarde -dijo su amigo.

-Si quieres vete tú, Peter, yo me quedo un rato más.

El tal Peter se fue, facilitándome el trabajo. 

Disparé justo cuando él saltó sobre su monopatín y le di en el trasero, haciendo que se pierda el equilibrio y se caiga de espaldas.

"Eso ha tenido que doler"

Me acerqué a él lentamente para asegurarme de que estaba completamente dormido. Al darme cuenta de que no se iba a despertar en un buen rato, le cogí de un pierna y empecé a arrastrárlo hasta el coche.

Le subí al asiento trasero como pude y fui a a una velocidad normal hasta mi casa.

"No puedo levantar sospechas"