Enfermedah (Ednico/Oneshot)

Estaba enfermito el niño...

-Pero, weón ¿te senti' muy mal?, ¿tai' seguro que podi' grabar?- se notaba que cuando nos decía que se sentía mal no era mentira, weón, la voz gangosa no le pasaba piola y a cada rato se sonaba al lao' del micrófono.

-Dí, weón- apenas respondió sorbeteó unos mocos y de ahí tosió, puta que estaba cagao' este weón.

-No te compro ni una, weón- le reclamó el Jaime. Pero es que la weá era obvia po', el pobrecito se notaba mal. -Si estai' así de mal Edgar, mejor grabamos la weá mañana.

-Do weón, hagámodla altido no mah- intentó sonar normal, no le salió.

Igual tuvimos que grabar y los dos videos que nos faltaban más encima, porque el día anterior el Jaime había tenido ataos con el internet de nuevo, pa' variar, y con el Edgar así y todo nos tiramos de una, toda la tarde grabando con el calor de mierda que está haciendo últimamente en Santiago, quedamos con toda la raja sopiá al final.

Eso sí estuvo más callaito' que de costumbre, y cuando se reía se trapicaba y empezaba a toser. Puta la weá, en todo ese rato el culiao debió haber estado durmiendo o no sé, con la cabeza metida adentro del refri pa' capear el calor o tomándose una agüita de algo por último.
Más terco, quiso grabar todo de una sin descansar ni un rato.

Cuento corto, al otro día que teníamos que grabar GTA el culiao apareció un poquito mejor, pero un poquito no más, la voz de enfermo no se le quitaba. Estaba a punto de decirle que no se preocupara, que con el Naiko y el Jaime grabábamos no más, pero ya me sabía la respuesta así que pa' qué.

-Ooh, weón- dijo de repente cuando ya habíamos casi terminado. -Tenía que ir a buscar una weá, de me olvidó por la credta.

-¿Qué cosa?- le dijo el Naiko.

Era una weá del computador lo que le estaban arreglando, no me acuerdo bien. Estaba medio urgío', como que si no lo buscaba ese día le iban a cobrar por no se qué chucha... Era un enredo más o menos.

El Jaime lo único que dijo fue como "que paja", el Naiko se disculpó y le dijo que estaba ocupado después, que tenía que hacer unos trámites en no sé dónde. Se le notaba la voz de cansado al niño, se sentía pal' pico como pa' ir y pegarse el pique hasta el centró y más allá pa' de ahí volver.

-Ya oh -igual me daba paja, pero iba a ser como mi buen acto del año-, yo voy y te lo paso a dejar- los otros dos me molestaron de patero, de que iba a puro comérmelo, que compara condones y weás así... saco'weas.
Igual se puso contento el culiao, altiro me dio la dirección y lo que tenía que decir pa' que me pasaran la cuestión. Lo que hago por estos weones.

Partí como veinte minutos después de que me despedí. Me comí un pancito y me puse un poco decente por si me tocaba encontrarme con la mamá del Edgar cuando llegara.

Igual me demoré poco en llegar a donde era. Menos mal no me perdí, porque cuando me dio el nombre del lugar no tenía pico idea de dónde quedaba. No tuve ataos' pa' que me pasaran el encargo, además me atendió una señora bien amable.
En eso sí me demoré, tuve que esperar como media hora pa' que la weá avanzara desde el número veintiuno al treinta, eran terrible pollos los locos.

De ahí salí y era como si me hubiese metido en otro mundo. El cielo estaba nublado y había salido un airecito helado, y yo de polera manga corta como en pleno verano, pero es que, puta, si cuando salí hacía un calor horrible po'. Clima culiao bipolar.

No me quedó otra que caminar hasta el paradero para esperar la micro que pasa casi cada cinco minutos a la casa del Edgar, aguantándome el frío que de a poco me empezó a helar el cuerpo.
En la micro me puse a pensar que quizás no había sido tan buena idea venir, capaz que yo terminara enfermándome igual o peor. Filo, ya estaba llegando, no tenía mucho que hacer.
Me bajé de la micro y me bajó lo enfermera o el instinto medio maternal, pasé a comprarle unos Tapsin día y noche, y Paracetamol porsiaca en la farmacia de ahí cerca, esas weás son como milagrosas.