prólogo

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Maya, era una chica timida, atrevida, y bastante rencorosa.
Ella tenía unos ojos azules como agua cristalina y tenía un pelo rubio que brillaba con los rayos del sol.

Llegó él día que tanto deseaba, mi primer día de instituto, quería empezar una nueva vida, cambiar de amigos, de aires, porque realmente lo necesitaba ya que en primaria lo había pasado tan mal, tenía complejo por mi cuerpo, me habían acomplejado mucho por él echo de estar un poco rellenita, pero en él verano del colegio al instituto me planteé ir al gimnasio a diario y conseguí verme bien y suficientemente delgada como para sentirme agusto conmigo misma.
Así que ya no pasaria por eso más.

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