¿Alguna vez has querido escapar? ¿Dejar todo atrás y simplemente irte, a un lugar donde nadie sepa tu nombre, ni tu historia? Sería como empezar de nuevo. Eso es lo único que podía pensar y desear. Lo que anhelaba más que nada y nadie. Pero solo era una niña dependiente que le faltaba dos años para cumplir la mayoría de edad.
Mi nombre es Ángel Rose Harris pero mis amigos me solían llamar Ros. Si, solian... Desde la muerte de mi madre, me he alejado de todos ellos. La única que se quedo a mi lado fue Carla, mi mejor amiga que vive en NY. Vivo con mi padre. Mi padre casi nunca está en casa por asuntos de trabajo o eso dice. Tengo un hermano que vive en NY se llama Lucas dos años mayor que yo. Y ahora me encontraba yendo hacia su casa con mi papa para vivirnos con él. Ya que papa quería olvidar cada rastro de mama en nuestra casa.
"Llegamos Ros" Dijo papa en un tono serio parando el auto.
"¿Qué te he dicho de que me llames así? No quiero volver a escuchar ese nombre" Le dije en un tono duro mientras miraba hacia el lugar donde íbamos a vivir. Cuando papa me iba a responder salió de nuestra nueva casa mi hermano con una sonrisa mas grande que la casa.
"Mi querida Rose, si que has cambiado eh y te me has cortado el cabello" Dijo el mirándome de arriba para abajo mientras habría sus brazos. De inmediato fui corriendo hacia él y me lance como un pez al agua. Pase mis piernas por sus caderas mientras lo abrazaba con mucha fuerza mientras sentía un vacio y una angustia en mi pecho. Ya podía observar que las lágrimas se iban aproximando. Al recordar todo.
¿Qué decir de mi hermano? Pues es todo lo contrario de mi. El siempre fue y va a ser el chico querido por todos y el mas popular, es mas alto que yo muchísimo mas alto tiene un pelo negro. Lo único que tenemos en común son nuestros ojos celestes como el cielo. No lo veía desde la muerte de mama que decidió alejarse.
"Ya pequeña, ven te quiero mostrar tu habitación" Dijo mientras llevaba su mano por mi espalda. Me baje de el y le lance una sonrisa lo mas sincera que podía dar, pero resulto como una mueca.
Me agarro de la mano, y me iba llevando hacia adentro de la casa, pasar por escaleras cocina, y todo que podía ver. Hasta que nos frenamos al final del pasillo de las escaleras era la puerta que mas resaltaba al ser blanca. Abrió la puerta y pude observar mi nueva habitación tenía una ventanal grande que daba la vista a la casa de al lado tenía un baño propio era demasiado grande para mí.
"¿Y Que te parece?" Pregunto mi hermano con una mirada fija tratando de descubrir lo que tenia dentro.
"Realmente" Dije mirándolo con una mueca, vi su expresión asustada y me reí "Me encanta idiota" Le dije dándole besos en toda su cara.
"¿Por que eres tan mala conmigo? Mala hermana" Dijo mientras se acercaba cauteloso.
"Aléjate de mi Lucas" Dije en un tono firme mientras retrocedía, de inmediato se rio. "Gritare" Dije casi gritando.
"Nadie te escuchara pequeña" Dijo mientras me perseguía por toda la habitación y yo dando gritos, hasta que me alzo y me agarro como una bolsa de papas.
"Vendo una bolsa de papas" Grito riéndose "Algo gordita ahora" Contesto mirándome mientras me hacia cosquillas. En la panza.
"Basta, Basta Lucas me hare pis" Le dije riendo como una foca deforme.
Estaba haciéndome cosquillas hasta que sentimos un ruido y ya freno para mirar hacia el ventanal, mire hacia donde miraba él y pudimos observar a un chico lleno de tatuajes mirando hacia mi habitación.
¿Quién era el? Pregunte para mis adentro como si alguien me pudiera responder, me iba acercando cada vez mas al ventanal para poder verlo mejor, y tenía todo su cuerpo lleno de tatuajes excepto su cara. Su mirada estaba clava en mi. Hasta que algo se interpuso en mi campo de visión era una tela Blanca y si era mi hermano tapando el ventanal con cortinas.
"¿Que ha sido eso?" Le pregunte mirándolo mientras llevaba una mano en mi cintura como mama lo sabia hacer.
"Nada pequeña" dijo algo nervioso "Prepara las cosas para mañana que hay clases, y date una ducha hueles mal" Dijo entre carcajadas mientras salía de mi habitación.
Lleve mis fosas nasales a mi cuerpo y si tenía olor a tierra. Fui hacia el ventanal para abrir las cortinas y ver al chico misterioso. Pero me encontré con su cortina negra puesta. Así que decidí ignorar todo eso lo que menos ahora quiero es problemas con mi hermano. Acomode todas mis cosas, hice la cama hasta que decidí irme a bañar y obvio que luego cenar algo.
Entre al baño, encendí la ducha y deje que se calentara por unos minutos, mientras me iba despojando de todo rastro de ropa. En el baño se encontraba un gran espejo. Odiaba verme por espejos, porque soy el calco de mi madre. Mi madre tenia el pelo rubio como el mio y unos ojos celestes iguales a los míos, lo tenía algo igual que yo. Pero yo me lo corte. Hasta los hombros tenía algo de rulitos ahora. No podía observarme al espejo sin recordar mi pasado. Mi maldito pasado mis años en el psicólogo vi mis marcas en mi cuerpo y ya comenzaban a salir mis lagrimas decidí poner música fuerte en el equipo, para poder sacar cada rastro de pensamientos o recuerdos en mi cabeza mientras me bañaba.
Al terminar de ducharme, opte por ponerme un mini short rosa con una remera de Lucas, que tenia de hace años. Me quedaba hasta los muslos. Deje mi cabello suelto para que se secara.
"Rose, baja a cenar" Grito mi hermano desde la planta baja.
Salí de mi cuarto, y me dirigí hacia la cocina y de inmediato mis fosas nasales sintieron el olor a pizza. No aguante mas y me lance sobre la caja para sacar una porción mientras me sentaba a comerla, que comerla mejor dicho a devorarla.
"¿Y papa?" Pregunte con la boca llena de pizza.
"Salio a trabajar ya sabes" Contesto mi hermano con una mueca. Decidí no contestarle ya que era lo más común de el no estar cerca mío. Porque le causaba dolor verme.
"Oye hermanita, te acuerdas de Dylan y Logan?" Pregunto mi hermano para sacar tema de conversación.
Como no olvidarme de esos mejores amigos de mi hermano si cuando mi hermano se quería ir de donde vivíamos ellos salieron atrás de el.
Y como olvidar a Logan..
Logan es la persona que jamás salía de mi cabeza, aparte de mama claro. Es que recuerdo perfectamente ese 16 de abril, cuando yo tenía solo catorce años y estaba sola en casa, el llego y...
"Lucas, ¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es? Mi hermano no esta..." Dije mirándolo fijamente. Estaba todo mojado debido a la lluvia, se veía tan hermoso asi.
"No vengo a ver a tu hermano, vengo a verte a ti" Dijo acercándose.
"¿S-Si?" Dije mi corazón latia con tanta fuerza que se podía salir en cualquier momento. El se acerco a mi, lo suficiente como para sentir su respiración, cada vez se acercaba mas... Maldita sea, como deseaba esto. Estaba realmente feliz. Muy feliz. El iba a besarme, el... y me beso. Sus labios eran tan suaves y podría jurar que nuestras lenguas encajaban perfectamente. No podía explicar lo que sentía en ese momento, nunca habia estado tan feliz, pronto nos alejamos y juntamos nuestras frentes mirándonos. El sonrio, al igual que yo.
"Eres hermosa pequeña"
Si, eso fue hace dos años y lo recordaba perfectamente. Probablemente el no, no se si significo algo para el, pero para mi si, y mucho. Días después de ese beso, paso. El accidente de mama y simplemente me aleje de todos. Recuerdo las veces que el vino a abrazarme, a estar conmigo pero nunca pude dejarlo estar del todo porque las veces que venía cuando estaba llorando y realmente mal le gritaba que se fuera y me dejara sola, que no lo quería ver, que no quería ver a nadie, Y ahí me convertí en esa chica depresiva y caí en un agujero sin salida.
Pasaban los meses y un año, todos parecían superarlo menos yo. Necesitaba a mi madre, la necesitaba más que nada. Y tenía esa culpa dentro de mí. En esos años y meses cai en lo que más odio ahora, si cortes señores, escuchaba voces en mi cabeza diciéndome cosas horribles que tenían razón en todo. Pero paso, y no importa cuántas veces grite , llore o patalee porque la quiero acá conmigo, eso no va a pasar nadie va a volverme a mi madre.
***
La de la foto es Rose Harris.
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Ángel Caído.
RomanceCuando nos enamoramos de un demonio y queremos quemarnos en su mundo, debemos tener bien claro que el precio sera, perder las alas.