Ciego amor

312 8 2
                                    

Comencé a sentir mi cuerpo poco a poco, moví los dedos de mis manos y pies; aspire aire por la nariz, todo el que mi pulmones me permitieran contener. Que bien se sentía despertar de un buen sueño, mi cabeza estaba fresca y ligera.

-Marie... Marie, mira- la voz chillona de Margo hizo que toda la frescura en mi cabeza desapareciera- Jessica esta despertando-. Unos pasos se aproximaron hacia mí y se detuvieron muy cerca.

-¿Cómo lo sabes?- la voz de Marie sonaba algo cansada.

Decidí que era hora de abrir los ojos, tenía que afrontar la realidad de que mis amigas ya no me dejarían dormir;  apreté mis parpados y los abrí... no paso nada, solo veía obscuridad. Probablemente aun no estaba completamente despierta. Trate otra vez; presiona y abre… ¿nada? Esta situación se estaba volviendo extraña.

-Jessica, Jesica ¿puedes escucharme?- sentí la presencia de Margo muy cerca mío, quería alejarla pero eso no era mi prioridad en ese momento. Solo quiero abrir los ojos-. Jessica, tranquilízate- comencé a inquietarme. Presiona, abre, nada, nada, ¡NADA! ¿Qué me estaba pasando? Moví mis manos hacia donde se suponía estaban mis ojos y pude sentir una venda sobre ellos, deslicé mis manos alrededor de mi cabeza, la venda cubría toda la circunferencia de mi cabeza

-M-mis ojos, ¡¿Dónde están?! ¡¿Por qué no puedo sentirlos?! ¡¿Por qué no puedo abrirlos?!- tocaba mi rostro con desesperación y al mismo tiempo empezaba a patalear.}

- ¡Jessica tranquilízate! ¡Te vas a lastimar! ¡Jessica!- Margo gritaba desesperada mientras trataba de sostener mis muñecas y alejarlas de mi cara. Me tranquilicé un poco cuando por fin Margo pudo sostenerme y fue cuando el llanto se hizo presente, las lagrimas recorrían mis mejillas terminando en mi cuello, ¿enserio estaba llorando o era la sensación de hacerlo? La obscuridad comenzaba a asustarme pero a la vez me acostumbraba a ella. Cuando el llanto termino  fue cuando por fin pude tranquilizarme por completo y hablar.

- Margo, ¿Qué me paso?- fue lo único que pude atinar a decir.

-Maro no esta, la rasguñaste mientras intentaba tranquilizarte, esta en curaciones-.  Marie sonaba molesta.

-¿Dónde estoy?- sentí una mano que se posaba sobre mi cabeza y la acariciaba.

- En el hospital-

- ¿Por qué?- me tense un poco por temor a la respuesta que me pudiera dar y porque la mano sobre i cabeza se había alejado lo que me indico que no sería nada bueno lo que me dirían.

- Llamare al doctor, no tardo- inmediatamente escuche como los tacones de Marie chocaban con el piso mientras se alejaba. Decidí relajarme y pensar positivo; mientras lo hacía también me entraba el sueño, trataba de mantenerme despierta, por lo menos hasta que Marie  volviera. El sueño estaba a punto de vencerme cuando escuche unos fuertes pasos acercarse hacia a mi muy rápido y de un segundo a otro una gran masa choco contra mí y al mismo tiempo me envolvía dejándome completamente inmóvil.

-Jessy, Jessy ¿etas bien? ¡Jessy, dime algo!- por la forma en que me sacudía descifre que era margo la que me torturaba por la preocupación.

- ¡Margo! ¡La estas lastimando! – en ese momento mi atacante me soltó, y probablemente corrió a abrazar a Marie a modo de disculpa.

- ¿sigues viva? – Sentí otra vez como una mano se sentaba en mi cabeza- el doctor ya viene -. Unos segundos después dos pares de pisadas se acercaron y se detuvieron muy cerca de mí. Me estaba hartando el no poder ver que pasaba alrededor mío.

-Jessica Ziegler, soy el doctor Brandon Hyland- por el n0mbre reconocí que era el doctor privado de mi familia, al cual se acudía a él en casos sumamente extremos; mi segunda señal de que algo grave estaba pasándome.-enfermera, prepare todo , procederé a retirar los vendajes de la señorita Ziegler-.

Sin necesidad de que alguien me lo pidiera lentamente me senté. Cuando el doctor comenzó a quitarme los vendajes caí en la cuenta de que los vendajes ejercían mucha presión sobre mi cabeza. Sentí que pasaron horas antes de quedar totalmente libre. Nadie decía nada, entonces intente otra vez; presiona y abre, esta vez obtuve resultados. Por un segundo pude observar a mis amigas y al doctor frente a mí mirándome atentamente, casi inmediatamente después de abrir mis ojos una luz entro por mis pupilas causándome un enorme dolor, empecé a gritar y a cubrirme con las manos ¿Qué había sido eso?

-¡¿Qué le sucede?! ¡El doctor le dijo que preparara todo!- Marie estallo contra la enfermera.

- Doctor, ¿Qué significa esto?- el dolor en mis ojos disminuía rápidamente pero aun así no me atrevía a volver a abrirlos.

- Señorita Ziegler, usted tuvo un accidente, en el cual recibió un fuerte golpe en la cabeza, afectando su vista-.

-¿Afectar? ¿Afectar en qué sentido?

- Daño sus receptores de luz lo que provoco que se volviera hipersensible a la luz-.

- Lo que significa que… - estaba perdiendo la paciencia, este hombre me hablaba como si fuera una tonta.

-No podrá ver a menos que este en un área con una luz muy tenue-.

- ¿Qué? Eso es casi como estar ciega ¿no? Ósea, ¿no podre salir a la calle? – Me frustre, no sabía que hacer, lo único que hice fue lanzar un puñetazo al doctor, un puñetazo vacio ya que no podía abrir los ojos y no dirigí mi ataque a un lugar especifico. Lo único que conseguí fue caer de la cama. Cuando mi cara choco contra el frio suelo empecé a llorar, a llorar como una niña pequeña. Me desmorone por completo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 18, 2013 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ciego amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora