Peter y su mujer, Beth, entraron en la habitación de su hija para darle un beso de buenas noches.
-Buenas noches, Mary. ¡Qué duermas bien!- dijo él.
-Buenas noches, papá. Buenas noches, mamá.
-Buenas noches, mi niña.- dijo ahora su madre.
-Mamá, papá. ¿Es verdad lo que decían en la peli de Peter Pan? ¿Cada vez que alguien dice que las hadas no existen muere una?
Sus padres la miraron con ternura.
-Tal vez.- dijo su padre -¿Quién sabe?
-¿Entonces es posible? ¡Qué guay! Las hadas no existen. Las hadas no existen. Las hadas no existen.
-Pero, cielo, ¿qué haces?- preguntó Beth, sorprendida.
-Intento matar al hada de los dientes.- respondió Mary, con total naturalidad -Como su nombre indica, el hada de los dientes es un hada, así que, si cada vez que digo que no existen las hadas una muere, igual tengo suerte y me la cargo.
-Pero hija, ¿por qué quieres matar al hada de los dientes?- preguntó Peter, preocupado.
-¿Que por qué? Pues porque la última vez que se me cayó un diente me trajo un dólar. Sólo. Yo me lavo los dientes todos los días después de cada comida, hago todo lo que me dice el dentista. ¿Y cómo me lo agradece? ¿Cómo recompensa mis esfuerzos? Con un triste dólar, la tía cerda.
-¡Eh! Ese lenguaje, señorita.- la reprendió su madre.
-Además, ¿quién te ha dicho que puedes matar a alguien sólo por el hecho de que te deba dinero?
-El tío Bill.
El tío Bill era el hermano de Beth y uno de los gánsteres más temidos de la ciudad que, de vez en cuando, recogía a Mary del colegio o hacía de canguro.
-Bueno, pero tú piensa que estamos en crisis, tal vez el hada de los dientes esté pasando una mala racha.- dijo el padre.
-¡Ah! ¿Y la crisis sólo le afecta a ella no? Si no puede pagar lo que vale mi diente, que no lo coja. Ya se lo daré a la competencia, es decir, al ratoncito Pérez. O se lo reservó, pero a mí que no me robe.
Los padres se miraron entre ellos y dijeron: -Bueno, ya hablaremos mañana, ahora a dormir.
La arroparon, le dieron un beso, apagaron las luces y salieron de la habitación.
-Esta niña me preocupa más y más cada día.- dijo Beth.
-A mí lo que me preocupa es lo que hará cuando descubra que el hada de los dientes somos nosotros.- comentó él.
-Hablo en serio, Peter.
-¡Y yo! De todas formas no me negarás que tiene ojo para los negocios, igual nos saca de pobres.
-¡Peter!
-¿Qué? Es la verdad. Lo único sería decirle a tu hermano que se modere un poco con sus "consejos".
-Ya, Billy siempre ha sido un poco impulsivo.
-Sí, sólo un poco, como cuando me dijo que si te partía el corazón, él me partiría las piernas.
-Anda, exagerado.
-Exagerado los cojones.- dijo Peter, mientras él y su mujer caminaban hacia su habitación.
-De todas formas, deberíamos disfrutar de ella todo lo que podamos ahora que es pequeña.- dijo Beth -Porque si ya es así ahora. ¿Cómo será de adolescente?
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LAS HADAS NO EXISTEN
HumorDivertida conversación entre una niña y sus padres tras ver una película de Peter Pan.