Más allá de Forwell

35 2 0
                                    

La suave brisa acariciaba su curtido rostro color canela. Sus piernas temblaban continuamente, mientras apenas conseguía mantenerse de pie aferrado a la vieja rama que había elegido como bastón en su último paso por los bosques de Forwell

A lo lejos su apariencia no ameritaba confusiones. Sin lugar a dudas se trataba de uno más de los peregrinos que recorrían el sendero de fuego en busca de la última meta de su camino evolutivo. No obstante, hace más de cien inviernos que nadie acometía ese trayecto iniciático, y eso ya lo transformaba en un individuo de apariencia enigmática y sombría.

No pasó mucho tiempo para que descubriera al costado del camino una gran piedra con una particular forma de asiento. Avanzó lentamente y se dispuso a descansar sobre esta mole gris que tenía miles de rayas en forma de cruz sobre su superficie, lo que evidenciaba una especie de amuleto para evitar que una oscura presencia decidiera reposar su cuerpo sobre este trono pétreo.

Fue entonces, cuando luego de una breve meditación apareció de la nada un enorme cuervo. Su fuerte graznido era intimidante y potente.



El Sendero de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora