Diario de : Uriel - Edad : 9 años
Querido diario:
Hoy llegamos a lo que seria nuestra nueva casa, algo que me agradaba bastante ya que era bien grande, aun así nunca tan maravillosa como las casas de allá arriba, pero algo era algo.
Llegamos con el camión de la mudanza alrededor de las tres de la tarde, en la calle habían muchos niños jugando, mi mamá me dijo a mi y a Gabriel que si queríamos fuéramos con ellos, pero a ninguno de los dos no llamo la atención, si que en cuanto llegamos nos quedamos ambos en el patio. Mamá no nos dejo ayudarla en ordenar, si no que mando a la "pie grande" a hacerlo.
Mientras jugamos, una pequeña niña de como unos seis años nos miraba desde la ventana de su habitación que quedaba al lado de nuestra casa. Gabriel al notarlo comenzó a tirar la pelota a su ventana invitándola a jugar, la niña con una gran sonrisa llego a nuestro patio.
En cuanto llego la pude apreciar, era muy linda, parecía una muñeca de porcelana, y sus ojos eran negros como la noche, me había enamorado de esa niña.
Jugamos toda la tarde con ella, mi hermano de vez en cuando molestaba a la "pequeña", así la llamamos ya que no nos dio su nombre, pero esta le daba un par de golpes y listo, era bastante divertido ver a ese par.
Mi mamá la invito a comer y ella acepto felizmente, luego de eso ella se fue.
No puedo parar de pensar en esa niña, parecía un ángel caído del cielo.
-De nuevo escribiendo en tu " diario" ? Eso es para niñas - Dijo mi hermano tomando mi diario y comenzando a correr por nuestra habitación.
- Te enamoraste de la fea ? - Repetía una y otra vez. - Dame eso, o luego lo lamentaras - hablé fastidiado. Este al parecer comprendió mi amenaza, la ultima vez que le dije eso y el no me creyó, termino enfermo de el estomago por una semana, la paso bastante mal, ya que era nuestro cumpleaños y no pudo comer pastel ni dulces.
Al entregarme el diario ambos nos sentamos en nuestras respectivas camas, era tarde y los dos estábamos muy cansados. Si que, sin hablar nos pusimos nuestros pijamas y nos acostamos. Aun estando cansado no podía dormir, los vecinos al parecer estaban teniendo una buena fiesta.
- De verdad te enamoraste de la "pequeña"? -
- Porque preguntas ?
- Por nada, solo quería molestarte - Dijo riéndose.
Luego de unos golpes de la habitación de mi mamá, entendí que debíamos quedarnos dormidos o nos retarían.
**
Comenzó a volverse rutina jugar en el patio con la pequeña, aunque mi hermano se harto de llamarla así, ya que esta al final nunca nos dio su nombre, si que finalmente la llamo Luna por lo blanca que era. Algo que a ella le gusto bastante. Si que ahora los dos la llamamos así.
Aunque los fin de semana ella se iba temprano porque tenia que salir con sus tíos, que realmente eran muchos. Pero eso no importaba, siempre llegaba con un poco de dinero e íbamos a comprar muchos dulces.
A pesar de su edad, la niña sabia leer y escribir muy bien. Nos contó que iba a una escuela Militar ya que uno de sus tíos era ex-soldado, algo que nos llamo bastante la atención.
Sabia defenderse muy bien, y comenzó a enseñarnos a nosotros dos. Mi mamá estuvo de acuerdo con aquello, ella decía que las calles eran muy peligrosas y además que un poco de ejercicio no nos haría mal, así nos dormiríamos más rápido, y no se equivoco, terminábamos tan cansado que caíamos dormidos.
Yo ya no tenia tiempo para escribir en mi diario, y realmente tampoco lo necesitaba, era una perdida de tiempo.
Yo y Gabriel también le enseñamos un par de cosas, ella no sabia como andar en bicicleta, algo que nos pareció un poco chistoso, ella comenzó a llorar y nuestra madre nos castigo. Luego nos contó que su familia no tenia lo suficiente para pagar una bicicleta, y ambos muy avergonzados por lo idiotas que fuimos le terminamos comprando una.
**
Comenzaron las clases y ya no teníamos tanto tiempo como antes, solo en ocasiones lográbamos ver a Luna, en su casa cada vez habían más fiestas, algo que me preocupo porque a la pequeña no le gustaba mucho la gente, un día nos contó, que para ella era realmente molesto estar con demasiada gente, porque la mayoría hablaba cosas estúpidas y sin sentido alguno.
Un noche ella, no se como, entro a nuestra habitacion, mientras yo intentaba dormir con los ronquidos de mi hermano.
- Luna, pequeña, que haces aquí - Susurre mientras me levantaba de la cama sigilosamente.
- Mis tíos son unos idiotas y no me dejan dormir. Me preguntaba si podría dormir aquí esta noche-
- Obvio - Dije algo emocionado, ella al parecer lo noto y sonrió ante mis palabras. Yo ordene un poco la cama y le hice un lado, ella se acerco y yo me acurruque en una de las esquinas de la cama, ella se subió lentamente a ella y se tapo. Luego se giro y ambos quedamos de frente, la niña había llorado, lo note por sus ojos rojos y las lagrimas secas en sus mejillas.
- Lloraste - afirme acercando mi mano a su rostro.
- Yo no lloro, solo.. que me derrito - hablo haciendo puchero. Yo solo me reí ante ese gesto tan inmaduro, pero de todas formas eramos niños.
**
Narra Marco
- Vamos corre más rápido - Gritaba desde una esquina de la habitación Luna con su celular en las manos midiendo el tiempo. Yo corría por toda la habitación, de esquina a esquina, he estado así por más de una hora, no se imaginan lo cansado que estoy, parezco puerco de tanto que traspiro y mis piel duelen, mis pulmones no dan para más.
- Una hora y media novato, ya puedes descansar - Dijo al fin, yo rápidamente me tire al piso, estaba muriendo por dentro, me sorprende no haberme desmayado. Y eso que el entrenamiento aun no terminaba. Lo peor era, que este era el primer día.
- Interesante - Menciona ella para si misma, en este momento me encantaría saber que tiene en su cabeza, debe estar pensando cuantas horas resistiré así, o quizás ahora quiere que salte la cuerda por diez horas, y yo que tanto quería entrenar con ella.
Luna seguía pensando en silencio en una esquina de la habitacion sentada observando a la nada, mi respiración aun no se reponía, y estaba muriendo de sed, iba a pedir permiso para buscar agua pero la voz de ella detuvo a lo que yo tenia propuesto hacer.
- Nina, sal de tu escondite - Expreso sin mostrar ni un gesto de su parte, en la habitacion se escucho que alguien maldecía y de pronto apareció una misteriosa chica con aspecto macabro y descuidado. No se como Luna logro notar su presencia, yo estaba bastante sorprendido porque no se de donde había llegado aquella chica llamada Nina. - Buen intento, necesitas más practica, tu respiración de delata -
- Es injusto eres la única que me nota - Dijo algo fastidiada, luego se marcho tal como llego.
- Novato cierra la boca o te entraran moscas - Hablo Luna, riéndose de mi.
- Quien era ella? - Pregunte.
- Cuando te entregue la lista lo sabrás, ahora a trabajar - Grito algo emocionada, yo solamente suspire y suplique interiormente para no terminar muerto, esto seria un día muy largo.
***
ESTÁS LEYENDO
Luna
RandomNarra la historia de dos jóvenes. Marco y Luna. Marco vivió una vida casi perfecta, tenia dinero y sus dos padres. Pero todo cambia cuando conoce a Luna. Una pequeña chica que vivía en la pobreza y no recuerdo mucho sobre su infancia e identidad. Es...