A escondidas de California, donde el Sol y las sombras se han vuelto mejores amigos, existe una pequeña playa que nadie conoce.
Una pequeña playa enmarcada por dos inmensos acantilados, uno a cada lado, que mantenían a quien sea que estuviese allí apartado de todo y de todos.
Y con "quien sea que estuviese allí", me refiero a Harry Styles.
Sus piernas cruzadas una encima de la otra y sus codos doblándose sobre la arena lo hacen lucir como un modelo de revista en esos pantalones de mezclilla color crema arremangados sobre los tobillos que lleva.
Mira con los ojos entrecerrados hacia los inertes barrancos que se yerguen a sus costados, y se los imagina como eran al principio de los tiempos, en la tierra primitiva... Solo grandes masas de piedra con grietas llenas de lava que los partían en pedazos.
Puede ver en su mente el mar mordiendo descarado los precipicios con tanta ferocidad que se convirtieron en montañas caladas y arena.
Piensa en lo grandioso que sería tener tanto poder, tanta fuerza, tanta voluntad de ir hacia adelante como la tiene el mar.
El mar, oh. No hay cosa que le guste más en el mundo.
Muchas veces se siente triste, extraña a su hermana, siente ganas de volver al mundo real y dejar de estar apartado.
Entonces sale de su casa y escucha el mar, lo escucha ir y venir tan pacíficamente, y se sonríe a sí mismo.
El mar es tan sabio y enorme.
Su sonido, para Harry, es la mejor música sobre la faz de la tierra.
Suele sentarse todos los días en las orillas para escuchar a Yemanjá.* Y es justo lo que está haciendo, deleitándose con la estremecedora canción que la naturaleza produce, pero entonces oye algo más.
Oye lo más maravilloso que ha oído jamás. Es la voz de alguien.
Siente su corazón acelerarse y ni siquiera sabe por qué.
Mira hacia todos lados con desesperación, y se para por tanto énfasis, buscando el origen de aquella melodiosa sinfonía.
Es entonces cuando lo ve, bajando por la diminuta escalera que con los años se formó en el centro de uno de los acantilados.
Lleva una camisa celeste que combina con sus atrapantes orbes algo azuladas, y una figura gutural.
Por mucho que Harry ha intentado mantenerse alejado de la gente, al verlo no siente siquiera el impulso de correr o alejarse. No siente nada, más que gozo.
Él viene cantando su destrozadora sonata, y el rizado no quiere prestar demasiada atención a la letra porque por lo poco que entendió es extremadamente triste.
Incluso a la distancia, la voz del chico rebota contra las piedras con una acústica perfecta que hace al ojiverde temblar.
Cuando hacen contacto visual, H cree que se caerá de espaldas.
"Hey" dice Él, como sea que se llame, con su agudo tono, y Harry no puede evitar sentirse decepcionado porque no quería que hable, por más linda que sea su voz, solo quiere poder sentirlo cantar. Para siempre.
Se acerca cada vez más, retomando la canción que cantaba hace minutos, hasta que finalmente alcanza el lugar donde Harry, atónito, lo observa.
"Hey" repite, y le dedica una sonrisa al de ojos verdes, una con los párpados entrecerrados y los hombros encogidos.
"H-ho" H baja la cabeza, toma un largo suspiro, y la vuelve a subir "H-hola" tartamudea. Es muy complicado para él, comunicarse con la gente.
"Soy Louis" el sin nombre, ahora nombrado, sonríe otra vez.
"¿Qué estás haciendo aquí?" escupe Harry, y luego se arrepiente porque, por mucho que le guste estar solo, no quiere que el niño de la voz de ángel se vaya.
"Huyendo de California" responde tranquilamente, haciendo al ruloso preguntarse ¿POR QUÉ ESTÁ TAN SONRIENTE Y FELIZ? "no me agrada la ciudad"
"A mí tampoco" retruca el menor, abofeteándose mentalmente por la risita que se le acaba de escapar. Al mayor le parece tierno.
Antes de hablar lo piensa una, dos, tres, mil veces. Y piensa que no, que lo que está por hacer va en contra de todos sus parámetros de vida, que juró mantenerse en soledad tanto como pudiera. Aun así, cierra sus ojos con fuerza y se las arregla para decir "¿Quieres pasar a mi casa? Está detrás del acantilado" y por supuesto, Louis acepta.
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in California's back ☯ l.s.
FanfictionAU donde Harry vive cerca del mar y cree que las olas son el sonido más hermoso del mundo... Hasta que escucha a Louis cantar.