En honor a los años que nos conocemos, te escribo esta carta de amistad para hacerte saber los pensamientos que rondan por mi cabeza. Supiste día a día ganarte mi confianza, hacerte cómplice de las alegrías. En un mundo de indiferencia y envidia, logramos juntas edificar un mundo perfecto, un oasis sagrado en el que pudiéramos ser nosotras mismas y estar juntas en la confianza y la comprensión. A pesar de las turbulencias que hemos vivido, defendimos con fuerza nuestro lugar. No cedimos ante los compromisos, basicamente la falta de tiempo. Siempre pudimos encontrar un momento en el que nos reuniéramos a compartir nuestras experiencias de nuevo. Y eso es importante para mi, importantísimo.
Cuando miro alrededor y veo lo difícil que se hace la vida, lo empinada que es la cuesta, sonrío por dentro pensando, no estoy sola, tengo una gran amiga en la cual apoyarme aunque no la tenga fisicamente. La verdad es que hay ciertos trayectos de la vida que no hubiera podido pasarlos sola. Quiero que sepas que te quiero mucho y eso es algo muy importante para mí. Sé que debí decirte antes cuánto te aprecio, pero si por alguna razón no nos volvemos a ver, te digo todo esto para que sepas lo mucho que te quiero. Siempre tubimos el miedo de pensar que cuando pasan los años y creces, tristemente debes sacrificar cosas, sueños, ideas, planes, familia, trabajo, amor y amigos... Cuando encuentras esa persona a la que quieres tanto, a la que escogiste como tu mejor amiga, y simplemente entiendes que ya no es la misma, que sus sueños son otros, que otros son sus planes, proyectos, intereses, y que esos sueños que una vez compartieron ya no son iguales... Entonces te das cuenta de que has perdido una amiga, has perdido parte de ti, de tu vida y muy probablemente de la mejor parte. Hoy por hoy ya no compartimos, no hablamos, ni siquiera sabemos una de la otra y aunque eso en cierto modo no es razón para declarar que ya no seas mi mejor amiga, se siente triste entender que probablemente, inconscientemente nos dejemos en el olvido poco a poco. Gracias por el regalo más grande y bonito que me ofreciste... Tu cariño y afecto en mil y una ocasiones, permiteme el lujo de que cuando sepa de ti pueda entender cómo actúas porque aún sienta que te conozco, y aunque ya hoy por hoy no te reconozca, tengo la fe que llegue el día en que vuelvas a ser mi otra mitad. Sigue en la vida, cambia si así lo quieres, pero persigue ese cambio solo si serás más feliz. No quiero desearte una vez mas que te vaya bien en la vida ya que a ti te lo deseé hace mucho tiempo ya.
Me he comido tantas lágrimas tuyas que si paro a pensar se como sabe cada una de ellas, te conocia como si de mi se tratara. Y todo esto me duele. Te mando un fuerte abrazo y un saludo desde el fondo de mi corazón.