El principio.

30 0 0
                                    

Mi amor, estamos aquí frente a frente, después de mucho tiempo he vuelto a ver tu cabello despeinado, tus ojos chiquitos, tus pestañas inmensas, tus pecas alrededor de tus mejillas, tu sonrisa asombrosa que se asoma cada que algo te da gracia. Por un momento me sentí feliz al verte, pero por otro, ya no te sentí el mismo, sé que he fallado en muchas cosas y probablemente sea por eso.
Nos saludamos -Hola-dijiste y me diste un beso en la mejilla.
-Hola, ¿Cómo estás?-Contesté.
¡Diablos! Las palabras más difíciles de pronunciar después de "mamá y papá" cuando era un bebé.
-Bueno, ¿De qué querías que habláramos?-Dijiste con frialdad.
-Oh, pues quería explicarte todo-Me temblaban las manos, y aunque la temperatura estaba templada, un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Lo que pasó fue que, te termine no porque no te quisiera si no que ya eran muchos factores los que influían. Los enojos, llantos, celos, y reclamos, eran más notables que las sonrisas, las carcajadas, caricias, besos o abrazos; luego, ya nadie tenía tiempo para el otro, si no nos hablábamos nadie hacia el esfuerzo por buscarse, teníamos tiempo para otras cosas menos para nosotros y aunque no lo creas, dolía.. Dolían tus rechazos, la indiferencia, dolía la rutina, dolía no oír tu voz, y aunque sé que a ti no te dolía, yo seguí creyendo cosas que no.

Te lo dije, y te explique lo de Cristian, él me gustaba, era verdad, pero al que quería era a ti, por ti hubiera dejado mi plan de ayudarlo, por ti hubiera vuelto hacer muchas cosas, así sea una y otra vez-tú solo aparentabas sonreír.-

Gritaron tu nombre y era tu padre, entramos a la casa y pidió que fueras por algo a la tienda. -Hola, ¿cómo estás?-Me pregunto. -Bien, gracias ¿y ustedes?-Conteste.-¡Qué bueno, igual bien, gracias!-Dijo.
-¡Bueno, hasta luego!-Me despedí-
Nos subimos para ir a la tienda, entraste y me quede afuera, «estaba muy nerviosa, así que le mande mensaje a mi amigo Carlos» terminaste de comprar y regresamos a dejar las cosas, nuevamente nos subimos a la avenida para ya irme y nos fuimos caminando hasta tu cafeteria, pero por alguna extraña razón volvimos a regresar a la esquina de tu casa.
No, ya nada era igual, cambiaste de una manera pésima, ya eras de "me vale verga todo", y no era justo por qué si yo fui hasta tu casa de noche no fue en vano, yo en realidad quería arreglar las cosas y mínimo quedar como unos buenos amigos pero sinceramente esa noche cambio mi manera de verte «egw» y mataste el 25 por ciento de lo que sentía por ti.
Pasó el séptimo camión y me fui.
Al caminar me cuestione el por qué de tus actitudes, sabia que yo había influido, supuse que te había lastimado con mis acciones, que el pensar y querer a Cristian te había hecho daño. Era cierto, no te merecías eso, pero las cosas pasan por algo siempre, y así paso, lo conocí y me hizo sentir cosas que tu ya habías matado cuando me engañaste la primera vez que terminamos. De cierto modo, estaba agradecida con él por devolverme la felicidad que tú destruiste.
En fin, realmente te extrañaba, extrañaba tus abrazos, tus besos, tus consejos, extrañaba tus miradas, y tus sonrisas, extrañaba tus altas y tus bajas, extrañaba al chico que eras antes, no al maldito frívolo en el que te habías convertido gracias a mi o quizá porque así lo decidiste.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora