O gano, o gano. Lo mío son las carreras, y el tiempo que llevo aquí he ganado casi todas. Miro mi preciosa moto antes de que Lucas de la señal de comienzo y le miro.
-¡Ya! - dice bajando la bandera. Acelero a máxima velocidad y moto sale la primera. En las carreras ilegales no hay reglas. Ninguna. El asqueroso de Jorge llega hasta mi lado con su moto destrozada de tanta caída y me habla:
-Esta carrera no va a ser tuya, guapa - dice gritando por encima del ruido de los motores. Yo simplemente rio y tomo la curva - deberías estar haciendo lo que hacen las demás mujeres: esperar a que la carrera termine y acostarte con el que quiera acostarse contigo - acelero mas intentado dejarle atrás diciendo las sandeces de siempre, pero el muy cabrón vuelve a ponerse a mi lado - yo me ofrezco - rie enseñando sus asquerosos dientes amarillos.
-Lo siento, eres demasiado para mi - digo irónicamente y le doy una patada a su moto, haciendo que caiga - chao - digo riendo y acelerando aun mas. Estos es lo bueno de las carreras ilegales, aquí vale absolutamente todo. Cuando me quiero dar cuenta, la linea de meta esta prácticamente a mi lado. Acelero un poco y llego, orgullosa de mi misma.
-¡Otra victoria más para Chloe! - dice Lucas acercandose a mi - ¡Ya van cerca de 50! - sonrío ante sus palabras y lo abrazo. Lucas es un gran amigo: mio y de mi familia. Él es el que me metió en todo esto gracias a una cena de empresa de mi padre, donde le conocí. Lucas es hijo de un compañero de mi padre. - Hoy estás preciosa - dice dándome un beso en la frente.
-Yo estoy preciosa siempre - digo riendo y él ríe junto a mi. Mi móvil comienza a sonar y lo saco del bolsillo de mi chaqueta. Veo que se trata de mi madre y decido no cogerlo, que me diga lo que tenga que decirme cuando llegue a casa. De repente, mi móvil deja de sonar y deja ver mi fondo de pantalla. Miro la foto y cierro los ojos, recordando.
-¿Que tal estás? - dice Lucas mirandome.
-Oh... Bien - digo intentado sonreír.
-Chloe, conmigo no te hagas la dura - dice Lucas agarrando mi mano.
-Lo hecho de menos - digo mientras unas lágrimas se escapan de mis ojos y caminan libremente por mis mejillas. Lucas limpia mis lagrimas y me abraza.
-Yo también - me responde. Me bajo de mi moto y me acerco al muro de las almas, donde están las fotos de todos los que han participado en estas carreras y han muerto. Miro la foto donde salimos Javi y yo y la acaricio.
Javi era mi novio y el hermano de Lucas. Hace ya un año que murió en una de las carreras, y desde entonces compito yo, dedicándole todas y cada una de las carreras que gano. Ojalá y estuviera aquí para que me viera hacer lo que a el y a mi nos gusta tanto.
-Guardame un sitio allí arriba - digo alejandome. Me despido de Lucas y pongo rumbo a mi casa. Comiendo a recorrer las calles, disfrutando del aire dándome en la cara.
Voy por una calle y mi intención es cruzar la otra que pasa por aquí, pero justo en es momento, un coche no respeta el stop y me da, haciendo que caiga de la moto. Me levanto lo mas rápido posible, preocupada por si a mi preciosa moto le a pasado algo. La intento levantar y justo en ese momento sale un chico del coche.
-¡Pero tu eres gilipollas! - le digo soltando la moto. -¡Me has podido matar!
-Lo siento, ¿estas bien? - dice el chico acercándose. Me toca el brazo y me aparto con brusquedad.
-Ayudame a levantarla, ¿no? - digo con mala cara, mirando mi moto. Él asiente y me ayuda - ¡oh, mierda! - digo mirando que el lado donde a dado con el suelo, está completamente rayado.
-Te lo paga mi seguro - dice él preocupado.
-¡Y si no es tu seguro vas a ser tú! - le veo de ir hacia el coche y saca unos papeles para hacer el parte. Se acerca con un boli y comienza escribir.
-Por cierto, me llamo David - dice mientras escribe - ¿y tu eres...?
-Chloe - digo mirando mi arañada moto. Le miro y le veo escribiendo mi nombre y mi matricula.
-Toma - me da una tarjeta de las que entrega la gente de oficina - ahí está mi número por si tienes algún problema con la reparación. La cojo y me la guardo en el bolsillo izquierdo de la chupa. Me subo en mi moto, le hago en gesto en señal de despedida y conduzco hacia mi casa, deseando llegar.
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Polos opuestos - David Lafuente
RomanceMi vida cambió cuando él entró en ella, organizando cada uno de los caos que yo provocaba en mi. David puso mi vida patas arriba, haciéndome mejor persona; sacó lo mejor de mi.