Prohibida Pasión (One-Shot) Boy's Love

Prohibida Pasión

Dos pequeños niños de tan sólo cuatro años...jugando en el gran jardín que poseía la enorme vivienda.

¿Había algún problemas en eso?

No lo había; pero desgraciadamente en este mundo existen dos clases de personas.

Las que poseen dinero de sobra y las que les falta con urgencia.

Aquellos niños eran distintos.

Uno pertenecía a las grandes y respetadas familias de la sociedad de élite, el otro simplemente era el hijo de una de las mucamas que servían a aquellas para tener que comer.

-¡James!.-Ambos pequeños dieron un salto del susto, los habían descubierto jugando.

-Adiós.-Se despidió el pequeño con el semblante triste.

Sólo quería divertirse.

-¡¿Qué te he dicho sobre juntarte con el hijo de la mucama?!.-Grito con enojo el hombre hacia su hijo.

¿Cómo era posible que fuera tan clasista?

-Lo siento, padre...yo sólo quería jugar.-Dijo el pequeño con la cabeza agacha.

-No tienes tiempo para eso, tienes que preocuparte en tus clases que en estar jugando con niñito mugriento.

James sólo mantenía su cabeza agacha a todo lo que decía su padre...¿Qué más podría hacer? Si mas en silencio entró a la casa principal detrás de su padre.

Por otra parte era casi lo mismo.

-¡Sean! ¡Te he dicho muchas veces que no te acerques al niño de la familia! ¡Él no es igual que tú!

¿Ven? Realmente no es distinto lo que vivían.

Regaños, regaños y más regaños.

Aún así seguía viéndose, ya que ¡Eran amigos!

O eso es lo que pensaba.

Un día algo cambio.

James llevó algunos amigos de su colegio a la mansión.

No había problemas ¿No? Desgraciadamente si...había un problema.

-Oye James...¿Te juntas con el hijo de la sirvienta?.-Pregunto uno de los niños asqueado.

-No lo creo James no haría aquello.-Respondió un niño seguro de sus palabras-.¿Verdad, James?

Realmente su respuesta había dolido.

-Claro, que no me junto con él.

Aquellas palabras habían dolido, realmente fueron dolorosas, las había escuchado claramente salir de sus laidos.

-Sean...te lo advertí, ellos son así.

Los cálidos murmurós de mi madre intentando consolarme...era lo único.

Ahí entendí que realmente, éramos de mundos distintos y no podríamos llevarnos bien aunque queramos.

Las personas tenían razón...dos clases distintas era imposible que puedan llevarse bien...

La amistad se terminó en ese momento.

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