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Llegué a mi hogar dulce hogar sana y salva, todo estaba como lo había dejado en mi habitación, había puesto algunas decoraciones para navidad, el árbol y otras cosas. Entré a la tina y me quedé ahí arto rato, sacándome toda la tierra que tenía pegada a mi cuerpo. Me di cuenta que me había rasmillado la rodilla y ni sé donde, cuando ni como, tenía cueritos sueltos en mis pies con algunas ampollas, lo demás estaba bien.

De repente se me vino todo el cansancio y me quedé dormida en mi cama viendo televisión. Desperte a las 5 de la mañana y aun seguía la tele prendida, fui al baño y apagué la televisión, me dolía la espalda, los pies, las caderas, todo.

El domingo celebramos el cumple de mi padre en las parcelas que tiene, arrendó unos caballos, comimos cordero, ensalada y torta. Yo estuve casi todo el rato arriba de un caballo en especial, el cual me gustó mucho y mi padre dijo que era el más lindo.

Cuando mi padre era joven salía a cabalgar, tomaba los caballos de cualquier persona, los usaba durante una semana y los devolvía, sin permiso (Sí, que rudo eh) aprendió solo a cabalgar, a hacerlos parar en dos piernas, hacerlos correr.

Cuando mayor tenía muuuchos caballos en las parcelas, él los entrenaba a todos y los hacía participar en un hipódromo (donde hacen carreras de caballos) luego ya no tenía tiempo de cuidarlos y los vendió todos, aproximadamente eran unos 10. Pero aun así les sigue gustando los caballos y todo eso, incluso tiene un cuadro gigante de su caballo favorito en su habitación.


Recovering from the disappointment.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora