Prólogo

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Soledad, me estoy acostumbrando a ti. 

Podríamos crear una historia, sí, nuestra historia.  Yo contaré cómo intenté escapar de ti, cómo me atrapaste, y cómo destrozaste la poca esperanza que me quedaba.

Tú puedes contar cómo llegué a ti, cómo llenaba nuestros silencios con música, cómo te suplicaba que te fueras. 

¿Por qué no? Empieza tú, di qué se siente al acompañar a todos los que estamos solos -a todos los abandonados-.





VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora