Querido ídolo;
Ella tenía una sonrisa, pero no más grande que sus cicatrices.
Todo podía con ella, hasta que llegaste tú, como encargado de curar esas heridas y hacer que esa sonrisa, sea la más bonita y grande que nunca alguien haya visto jamás.
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Querido ídolo;
Ella tenía una sonrisa, pero no más grande que sus cicatrices.
Todo podía con ella, hasta que llegaste tú, como encargado de curar esas heridas y hacer que esa sonrisa, sea la más bonita y grande que nunca alguien haya visto jamás.