Carta Uno:

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Hoy te vi entrenando y, ¡mierda!, tenía ganas de golpear ese hermoso trasero. Algún día lo haré y, oh cariño, te encantará tanto que me pedirás más.

Dobló la hoja y la dejó entre las cosas del castaño; caminó rápido hacia los baños intentando ocultar su erección con las manos. ¿Siempre será así? ¿Él excitado cada vez que mira su trasero?

zouis ;; cartas a louisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora