Epílogo:

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El oji-miel se acercó a la cama acostándose a un lado del castaño mientras sacaba un sobre debajo de la almohada.

—¿Y esto? —preguntó confuso el oji-azul mientras agarraba el sobre.

—Ábrelo y lo sabrás —sonrió.

Hey nene, yo aquí nuevamente escribiéndote una carta tras los 3 años hermosos en lo que tú y el chico misterioso han sido novios; aún no supero ese apodo. Bueno ya, te había dicho que ese culo hermoso solamente es mío, pues ahora quiero que sea oficialmente mío ante la ley y ante Dios; ¿qué dices? ¿aceptas casarte con este chico misterioso y darle la libertad de hacer lo que quiera con ese culo redondito?

Terminó de leer y volteó a ver al oji-miel con una sonrisa.

—Vaya, jamás pensé que serías así te cursi —soltó una risa nerviosa.

—Solo contigo bebé —se acercó más a él dejando un casto beso en su boca —. Entonces... ¿qué dices?

—Si con todo lo que hemos pasado juntos no te queda claro, definitivamente eres un lento... —hizo una pausa y se abalanzó a él —¡SÍ, SÍ, POR SU PUESTO QUE ACEPTO CASARME CONTIGO! —gritó dejando besos por todo el rostro del pelinegro.

—Esto hay que celebrarlo —sonrió pícaro y rodó en la cama, dejando al castaño debajo de su cuerpo.

—Te amo chico misterioso —susurró mirándolo a los ojos.

—Yo también te amo chico bromista —susurró y se acercó a el besándolo lentamente.

FIN

zouis ;; cartas a louisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora