¿Jugamos...? ||One Shot||

La Apuesta

El calor sofocaba ese día y los amigos de David nos habían invitado a la playa a lo que mi primo rechazo por quedarse jugando a la Xbox todo ese día. Me ofrecieron irme con ellos pero mi tía nos advirtió que si uno no salía, nadie lo hacía, por una cuestión de seguridad a nuestra persona.

En fin, David se encerró en su habitación a jugar y yo me dedique a deambular por la casa, veía la basura televisiva cada cierto rato para saciar mi ocio pero el calor me gano y termine subiendo a la habitación de David para mirarle mientras jugaba.

Ya estaba cayendo en manos de Morfeo recostada en su cama cuando su voz me desconecto de mi transe.

-¿Quieres jugar? -me tendio uno de los controles. Alce la mirada, este me miraba con diversión. Pegue un bostezo y tome el mando-

-Si es uno de tus juegos de guerras, no gracias -Negó con la cabeza-

-Si vas a perder, quiero que lo hagas por mala y no por que no sepas jugar -sonrió divertido. Lo fulmine con la mirada- ¿Mario Kart es muy complicado o tengo que ponerte Tetris?

-Creo que podre sopórtalo -lo mire mal. David se rio por lo bajo y metió el disco del juego correspondiente.-

- Sera como quitarle un dulce a un bebe -murmuro divertido. Lo mire seria-

-Si tan fácil esta para ti señor Xbox, entonces no te dará miedo apostar -Su risa lleno toda la habitación, ya me estaba fastidiando, la sangre me hervía de pura rabia-

-¿Y qué piensas apostar primita? -Me encogí de hombros. Estaba tan enojada que dije todo sin una pisca de sensatez-

-Eres el dueño de casa, puedes apostar lo que se te dé la gana -Sus ojos se oscurecieron repentinamente, una pequeña y malvada sonrisa broto de las comisuras de sus labios. -

-Creo que ya se me ocurrió algo -Se lamio los labios sin quitar la mirada de mi rostro. Un escalofrió me recorrió la espalda.- Jugaremos cinco carreras, el que pierda una de ellas tendrá que deshacerse de una prenda de ropa -Me sostuvo la mirada esperando una respuesta-

-Vale -sonreí divertida- ¿Y qué pasa con el perdedor?

-No lo sé, veremos qué sucede luego -se encogió de hombros y comenzó a programar la partida. De la nada una loca idea se me vino a la cabeza. Todo mi cuerpo se me erizo, sonreí con malicia y aclare mi garganta-

-¿Te parece hacerlo mucho más interesante? -Me miro inclinando levemente la cabeza- El perdedor le hace un "trabajito" al ganador.

Escuche como tragaba saliva, su rostro no demostraba emoción alguna pero en el fondo sé que lo había dejado congelado por dentro. David respiro profundo mientras yo disfrutaba verlo en esa situación de confusión y sorpresa. Finalmente su sonrisa reapareció.

-¿Estas de coña? - me miro divertido-

-¿Acaso tienes miedo? -Solo le sonreí y me puse en posición para jugar. -

Su sonrisa volvió a desaparecer, su mirada recorría mi rostro de satisfacción. Finalmente una sonrisa seductora broto de sus labios-

- Vale -murmuro imitándome- Ni sueñes que saldrás de aquí vestida.

Se volvió a la pantalla con expresión seria, mientras que yo seguía quemándome por dentro con su última frase. Esto sería divertido.

La primera carrera perdí mis pantalones cortos, en la segunda David su camisa, en la tercera lo deje en ropa interior y en la cuarta él me dejo en ropa interior. Esta era la decisiva y no me iba a dejar manipular por mis nervios, no me dejaría ganar.

-Prepárate para usar esa mano nena, te aplastare como a una mosca- Me miro de reojo, reí sin humor-

La cuenta regresiva empezó y las manos me temblaban de ansiedad, la carrera se me hizo larguísima. La primera vuelta iba en la delantera pero un estúpido caparazón de tortuga tirada por mi tramposo primo me hizo quedar de las ultimas. Trate de recuperarme quedando segunda y tirándole algo para derribar a David, pero este se mantenía firme en el primer lugar. Sentí mis manos sudar por debajo del mando cuando la pantalla nos indicó que era la última vuelta. Trate de ir lo más rápido posible pero la suerte no estaba de mi mano.