Capítulo 10 Ethan

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En lengua era la única clase en la que no me molestaban tanto si estaba leyendo poesía, por razones obvias. Esta vez estaba leyendo a García Lorca, pero cerré el libro, por que empezó a hablar de amor. En la cafetería del instituto lo máximo que te podían dar de comer era lentejas y filete como mucho, vamos, que dejaba bastante que desear. Las mesas eran circulares , y cabían unas 5 personas aproximadamente. Me senté con mis amigos de siempre. Comenzaron a hablar de el partido de lacrosse que habría el Sábado en el instituto.

- Ethan, ¿tu te vienes no?- preguntó Mike.

- No se si podré- le respondí

- Oh, venga ya. Todo el mundo va a estar allí.

- No todo el mundo- murmullé

- ¿Qué?

- Nada, déjalo. Me lo pensaré ¿vale?

- ¡Bien!- dijeron al unísono

La siguiente clase era E.F y como que no me apetecía mucho. Yo no soy muy de deportes, como mucho, salto a la comba, así que me tiré toda la hora sentado en la esquina del recreo completando los deberes de química, que tocaba después. Las ventajas de este instituto es que no hay mucha gente, así que no te agobias mucho en los pasillos, y no te matas por entrar o salir de cualquier clase. Me senté en mi pupitre y comencé a sacar mis cosas. Hoy tocaba inspeccionar unas sustancias que había en el microscopio. Nos pusieron por parejas, y nos tocó a Malía y a mi juntos. Intentábamos no tocarnos, pero no pude evitar fijarme en la venda que llevaba alrededor de la muñeca.

- ¿Y eso?

- ¿El qué?

- Lo de tu muñeca

- Ah, eso, nada, me queme sirviendo té

- ¿Sirviendo té? Así que cuando te sobra tiempo de resolver tus acertijos vas a trabajar de camarera... Interesante...

- ¿Pero tu que problema tienes? Y susurra, a ver si alguien te va a oír

- Y si me oyen ¿Qué? ¿No que era todo mentira? No me tomes el pelo.

- Te estás haciendo un lio tu solo por meterte donde no te llaman. Y por cierto, fue sirviéndole el té a mi abuela.

- ¿Vives con tu abuela? ¿ Y tus padres?

- No te voy a responder, a ver si vas a hacerte un lio y explotar.

- Ja Ja Ja, muy gracioso. No, ya enserio, ¿por qué no vives con tus padres?

- Mis padres fallecieron.-respondió bruscamente.

Me quedé un poco impactado, e intenté arreglarlo.

-Yo... Lo siento, no lo sabía.

- No pasa nada, yo tan solo tenía 10 años.

-¿Por eso te mudaste aquí?

- En parte. Cuando murieron mis padres, yo me fui a vivir con mis tíos, pero después de 5 años, comencé a ver que se iban a separar y decidí irme, porque solo estaba estorbando. Y por eso este año he venido aquí, a vivir con mi abuela.

Seguimos trabajando como si no hubiera pasado nada. Ella miraba en el microscopio, yo escribía.

-Y, em... El otro día, al salir del despacho de la directora...

-Si...- y movió la mano como invitándome a que prosiguiera

-Al salir, giraste la esquina, y, bueno, te oí hablar, y no había nadie...

La chica al otro lado del EspejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora