La primera vez que entre y sentí los bombos y vi las banderas todas rojas el corazón me explotaba. Me emocione, y en ese mismo instante descubrí que hay otro mundo, otra gente. Con la que compartís una misma pasión, un mismo sentimiento, con la que sentís el mismo amor y sentido de pertenencia y que es nada más y nada menos que el club que amas.
Al principio no comprendía muy bien esto del futbol. Claro siempre fui una chica que mi prioridad no era el futbol, que buscaba el amor dentro de los brazos de un hombre. Pero desde el instante que pise él Libertadores de América. El renovado estadio de Independiente, que había sido el primer estadio de cemento en todo Sudamérica. En ese instante aprendí a conocer esto del futbol. Que es un amor muy fuerte, un amor incondicional. Es algo que traspasa todas las barreras, que uno por este amor puede hacer cualquier cosa.
Poco a poco fui entendiendo que esto era amor, y amor de verdad. Lamentablemente me toco esta triste etapa de mi glorioso Independiente. Sí, mi glorioso y eterno Independiente, aquel que supo ser rey de copas, dos veces campeón del mundo, y el orgullo nacional. Aquel que deleitaba a hinchas propios y extraños. El mismo que de la mano del gigante Bochini, aquel que mi viejo lleva tatuada en la piel, ese mismo señor que llevo a mi amado Independiente de Avellaneda a lo más alto.
Hoy lamentablemente nos encontramos en la "B" nacional. Si como pueden escuchar, mi glorioso y gigante Independiente ese mismo que le gano la Copa Intercontinental a nada más y nada menos que a la Juventus y para colmo en Roma en su propio país. Y es más no solo eso también al mismísimo Liverpool en Japón.
Cuánto historia llena de gloria tiene mi gran amor, lamentablemente no me tocó vivir esa hermosa etapa, pero sin embargo disfruto mucho de este presente. Porque aunque estemos en la B, y entienda que el futbol hoy en día es mucha política. Que no sea el mismo de antes, que los jugadores hoy no dejaban la vida y jueguen por la camiseta como lo salían hacer en viejos tiempos, pero saben qué? Nada de eso puede parar con esta pasión, jamás.
Porque no hay nada más lindo que esperar toda la semana el sábado. Y cuando llega el sábado ir a la cancha junto a mi viejo, y mi hermano. Ir alentar a nuestro querido Independiente porque aunque no nos llevemos de la mejor manera con mi viejo, ahí siempre esta Independiente como nuestro salvoconducto para unirnos y unirnos en un abrazo fuertísimo de Gol y olvidar todo lo malo. Porque aunque mi hermanito crezca cada día más y se vuelva más insoportable y cada vez más caprichoso, pero ahí de nuevo esta nuestro Diablo querido para que en cada gol de Mancuello quién sino ¿ Sí es el único que siente la camiseta como los gloriosos jugadores que vistieron la camiseta, mi hermano me diga "Mancu Guada Mancu".
Por esodisfruto mucho esto porque aunque no haya podido haber vivido al glorioso reyde Copas, vivo este presente mucho más profano pero hermoso a la vez porque pormás que estemos mal vamos a ser siempre más grande que los de la vereda deenfrente y siempre Independiente va a ser el dueño de mi corazón y deAvellaneda también.
