LLegando a tierra desconocida

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Hola, espero que este pequeño fic sea de su agrado.

La imagen multimedia es de donde me base para crear este fic, y por supuesto, es como se ve el peque.

*

El movimiento continuo de las olas era lo único que le hacía recordar que estaba vivo. Su cuerpo, terriblemente quemado por los rayos del sol, reposaba en una pequeña superficie, un trozo de madera para ser más específicos, su cabello recogido en una clase de moño atado por un pedazo de cuerda, su rostro invadido por un poco de barba, unos simples pantalones desabotonados y cortados, salvajemente, a la altura de sus muslos.

Si hubiera sabido que su viaje iba a terminar de esa manera jamás le hubiera rogado a su padre que le dejara dirigir ese barco, al contrario, lo hubiera mandado revisar más de una vez y con alguien que lo hiciera de manera profesional y no solo, por unas monedas, autorizara la salida del barco. Pero eso era solo una bobería, y gracias a Dios que lo era, pues resultaba afortunado que aquel joven naufrago hubiera perdido la memoria, así evitaba el terrible sentimiento de coraje al saber que él mismo se había llevado a aquella situación.

No sabía cuánto tiempo llevaba en el agua, había perdido la noción del tiempo, el alimento se había terminado a la par que el pequeño barco de emergencia después de resistir a las continuas tormentas.
Cerraba sus ojos cuando el eterno azul del mar le arruyaba, como tratandode consolarle.

No supo cómo ni cuándo dejó de sentir el movimiento continuo del agua y sus dedos sentían algo sólido bajo ellos. El sol se había ocultado ya cuando aquel hombre abría, lentamente, sus ojos,  topándose con la inmensidad de la arena. Creyó estar soñando mientras acariciaba, entre sus dedos, aquella tierra disfrutando de la sensación exfoliante. Beso mil veces aquel lugar, depositaba un beso cada que sus rodillas avanzaban.

Tan feliz se encontraba de estar, por fin, en tierra firme que no escuchó el sonido de los pasos de varios hombres cuando se acercaban. Aquel emocionado hombre se sorprendió cuando vio unos pies frente a su rostro. Lentamente levantó la vista para encontrarse con una expresión seria, pero que no impedía que se apreciara en ella una exquisita belleza y palidez, tanta que parecía brillar en la oscuridad con la luz de la luna.

Dando una mirada rápida a su alrededor se dio cuenta que no era un solo hombre el que estaba frente a él, sino que quince hombres se extendían a su alrededor formando una pequeña jaula humana. Todos los hombres, que resultaban ser parte del ejército de aquel lugar, median lo mismo y se parecían bastante entre sí, rostros pálidos con tamaños y expresiones tenebrosas.

-¿Quién eres y quien te mando?

Una voz ronca y amenazante fue la primera en romper aquel silencio sepulcral.

-Minho, Choi Minho y nadie me ha env...

Y justo antes de que pudiera terminar su oración uno de los pies de aquel sujeto se había estampado en su barbilla dejándolo, automáticamente, inconsciente.

Cubrieron su cabeza con una clase de costal pequeño y lo levantaron entre tres hombres.

-Llévenlo al palacio, el supremo dirá que haremos con él.

Y eso fue lo que hicieron, todos juntos emprendieron su camino hacia el palacio cargando al inconsciente desconocido que acababa de llegar a aquel lugar.

~

La suave y acompasada respiración hacía eco en la enorme habitación. Una delgada figura sobresalía del centro de la gran cama que estaba cubierta por grandes velos blancos, su delicada y hermosa cabeza descansaba en una blanca y esponjosa almohada, en una de las 30 que se encontraban ahí. Todo estaba tranquilo, la luz de la luna se colaba por el enorme ventanal, los sonidos de la noche resultaban relajantes y acogedores. Pero esa paz fue interrumpida con tres suaves toques en la puerta.

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