Me levanto como una mañana cualquiera casi agarrotado y patoso, chocandome con todo obstáculo hasta llegar al salon ,donde encuentro a mi hermana Laia y a mi padre Kurt.
-Buenos días Hugo-me dice tan energico como siempre-.
-Lo seran para ti...-respondo con voz ronca y grave-.
En lo q había tardado en levantarme y sentarme ya había comenzado a oir las quejas de mi hermana.
-Ves Papá ! Nunca se puede ser amable con el.
-Calmate hija.
En lo que continuan hablando yo continuo con mi horrible rutina. Tras acabar de desayunar comienzo con la cama seguidamente de mi ropa color oscuro, mi "peinado"(si así se le podía llamar pues nada más era y peinar por encima) y ya acabado meto lo único importantebpara mi en en ese momento mis comic y mis cascos , con los cuales son la única forma que consigo evadirme de la realidad.
Tras llegar al instituto ya tengo en la puerta esperandome al pelmazo del psicologo de allí.
-Te espero a las 11:00 en mi despacho como todos los Lunes jovencito, no te retrases.
Mientras me para y me habla yo hago caso omiso a lo que me está diciendo, pues realmente no me interesa y sin saber porqué digo:
-De acuerdo señor Ben estaré allí como siempre.
-Muy bien Hugo ese es el espiritu -me dice mientras se va entre silbidos de alegría-.
Por fin consigo llegar a clase donde pasan las horas lentas pues estaba repitiendo por segunda vez 4 de la eso. De repente suena el timbre y tras el cual la profesora Julia se calla y sale por la puerta, yo acompañandola , cojo el camino hacia el despacho de Ben en el cual me espera el con su horrorosa sonrisa y su asqueroso traje verde que parece no haberse lavado en décadas.
-Muy bien Hugo, comencemos...¿Qué tal llevas la relación con tus padres ?-siempre comenzaba con la misma pregunta-.
-Bien...-respondo-.
-Hugo, se que no tienes ningunas ganas de estar aquí, pero ya sabes que es por tu bien no puedes seguir siendo un pasota ¡tienes que cambiar!-soltando un leve puñetazo en la mesa-.
-No cambiaré Ben, ni para su agrado ni el de nadie es como soy le guste o no.
-Hugo no puedes estar huyendo de los problemas has de madurar pues debes ser alguien en esta vida.
Y como era normal yo salía aun más hecho mierda de lo normal , pues el sólo conseguía hacerme aun más daño.
Hasta que por fin llega la hora de matemáticas, con mi profesor Mario; el cual era como un padre y toda una influencia para mi.
-Vamos "H"- que así era como me llamaba el- que ya queda menos para irnos-me dijo alegremente-.
El era el único que me entendía y comprendía pues el no me criticaba ni juzgaba como los demás; el me apoyaba, el me respetaba y ayudaba.
Al salir del Instituto con mi hermano comenzamos a hablar:
-Hugo...-me dice con un tono bastante singular-.
-Dime Laia-respondí extrañado-.
-¿Necesitas ayuda con algún tema?
-Sabes de sobra que no...
-Es que se que nuestra relación puede que tenga sus roces y además sabes que yo desde la última vez que...
-¡Estoy hasta los huevos ya Laia no quiero volver a hablar de ese tema joder !-respondo sin dejarla acabar la frase-.
Ella sorprendida por mi fuerte reacción cayó y bajó de nuevo la mirada, yo a punto de explotar camino decidido a casa. Tras llegar a mi casa encuentro la tan acostumbrada imagen de mi padre botella en mano gritando a los cuatro vientos lo desafortunada que es su maldita vida. Tras ver esa imagen voy directo a mi habitación, mientras tanto oigo los ruidos de mi padre gritando a mi hermana, a la cual no aguanta más la presion y mi padre le suelta una bofetada.
Tras esto oigo a mi padre llorar y gritar y no se porqué, pero el silencio de mi hermana, solo podía imaginarme lo peor. Tras esto salgo corriendo hacia el salón y encuentro a mi padre llorando y a mi hermana tirada en el suelo a la cual le está comenzando a dar un ataque epiléptico.
-Que ha pasado...-pues no lo sabía realmente-.
-Estábamos discutiendo y la pegue.
-Estamos gilipollas o que no ves que es ultrasensible cacho paleto.
-Pero...-dice mi padre-.
Antes de que acabe la frase cojo las llaves del coche y a mi hermana en brazos, la montó en el coche y voy lo más rápido posible a el hospital Infanta Leonor.
En el tras haber conseguido calmar y se dar a mi hermana, me dispongo a salir cuando nada más abrir la puerta me encuentro a mi padre.
-Que cojines haces aqui Kurt...-le digo indignado y borde-.
-Quería pediros disculpas a tu y a tu hermana.
-A mi no me pidas disculpas, pidetelas a ti mismo por acabar como lo has acabado, no te quiero volver a ver por aquí, no volverás a saber nada de nosotros.
-...-el silencio de mi padre lo dice todo.
-Adiós Kurt.
Da media vuelta y se va, mientras yo me quedo en la sala de espera a esperar los resultados.